En medio de la incertidumbre judicial, el presente de Morena Rial en prisión atraviesa su momento más crítico. Mientras espera una resolución sobre la prisión domiciliaria, la hija de Jorge Rial enfrenta días marcados por la soledad absoluta y la falta de estímulos, una situación que inquieta incluso a su entorno legal.
Según contaron en DDM, hubo un avance positivo respecto a su pedido de arresto domiciliario: los informes psicológicos y las terapias realizadas en el penal habrían arrojado resultados favorables, lo que podría acelerar el reencuentro con su hijo. Sin embargo, el abogado Alejandro Cipolla señaló que aún persisten trabas que impiden que la joven obtenga el beneficio.
El letrado reveló detalles del examen psicológico que se le realizó a Morena, el cual habilitaría la posibilidad de que continúe su maternidad fuera del encierro. Pero, a la par de este dato esperanzador, expuso una situación preocupante: la joven atraviesa un cuadro emocional delicado debido a la falta de contacto con el exterior.
Cipolla denunció que Morena no puede acceder a su teléfono, un elemento que —según él— le permitía sostenerse anímicamente. Hoy, sin televisor ni compañía, sus días transcurren en un silencio angustiante. “Cuando se queda sin teléfono, lo único que hace es mirar la pared”, expresó. La imagen, cruda y desoladora, encendió todas las alarmas sobre el estado anímico de la joven, aislada del resto de los internos y atravesando una rutina cada vez más difícil de sostener.
