
Wanda Nara atraviesa uno de los momentos más intensos de su vida. A días de volver a la televisión como conductora de MasterChef Celebrity (Telefe), la empresaria disfruta de un gran presente laboral, pero no oculta los desafíos que la vida personal le impuso. En una entrevista con Dante Gebel, en La divina noche de Dante (El Trece), se animó a mostrar su costado más humano y habló, entre lágrimas, de su separación de Mauro Icardi.

“Me costó mucho salir de esa relación. Fueron tres años muy duros en los que intenté resguardar a mis hijos”, confesó. Wanda relató que durante su estadía en Turquía vivió momentos de gran presión: “Yo había hecho todo para irnos a vivir ahí, sentía la responsabilidad. En ese momento no pensaba en mí, pensaba en los chicos, en el club, en todos”.
Entre sollozos, reveló la culpa que sintió como madre: “Me costó haberles quitado a mis hijos la posibilidad de vivir en familia de manera tradicional. Mis hijos son de esta era, tienen otra cabeza. La que pensaba como mi abuela, en el matrimonio para toda la vida, era yo”.
La charla también tocó uno de los momentos más difíciles de su vida: su salud. “No terminaba de entender lo que me pasaba. Nadie me lo quería confirmar hasta que llegaron los estudios. Hoy estoy bien, yo creo mucho en Dios”, contó. Al recordar ese proceso, se quebró al mencionar a sus hijos: “Pedía mucho por ellos. Cuando sos mamá, es lo único que te importa”.
Con una mirada más reflexiva, Wanda aseguró que la enfermedad le cambió la forma de ver la vida. “Ahora le doy más importancia a los momentos verdaderamente importantes. Me acerqué a mi papá, aprendí a valorar cada día”, concluyó.
Así, entre la exposición pública y la intimidad que elige compartir, Wanda Nara se muestra más real que nunca: exitosa, sensible y consciente de que detrás de la fama, lo esencial sigue siendo lo mismo —la familia, la salud y el amor verdadero—.

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