Vivir en Monte Cristo, Ley de Alquileres y una realidad cada vez más compleja

En una sesión caldeada y maratónica, el Senado de la Nación este jueves, minutos antes de la medianoche, dictaminó que la nueva Ley de Alquileres y el proyecto deberá volver a la Cámara de Diputados. Se trata del proyecto que reforma la Ley y será devuelto a Diputados en segunda revisión.

El proyecto fue aprobado por 37 a 29, y contó con el apoyo del Frente de Todos y de los senadores peronistas que integran el bloque de Unidad Federal. Juntos por el Cambio votó en contra porque pretendía aprobar el proyecto venido en revisión de Diputados.

El Senado establece algunas modificaciones al original: tres años como plazo mínimo legal de locación y agrega que “los contratos de locación con destino a vivienda serán estipulados en valor único en moneda nacional y por períodos mensuales sobre el cual podrán realizarse ajustes con periodicidad a intervalos no inferiores a seis meses”.


También el Senado modifica el mecanismo de actualización del precio de los alquileres propiciando que “los ajustes deberán efectuarse utilizando un coeficiente conformado por la menor variación que surja de comparar el promedio del 0,9 de la variación del coeficiente de variación salarial publicado por el Indec, y la variación del coeficiente de estabilización de referencia, publicado por el BCRA”.


La realidad en Monte Cristo: precios por las nubes, especulación e incertidumbre.

Consultando con algunas inmobiliarias locales, todas aseguran que vivimos un escenario complejo alimentado por varios factores que provocan fluctuaciones en las condiciones y opciones de la plaza.

Acá hay tres puntos de vista en esta realidad: el inquilino, el propietario y la inmobiliaria.

“La parte que más “lo sufre” es el inquilino, por algunas imposibilidades o dificultades para ajustarse a los requisitos y llegar a pagar los costos de los alquileres. También, por otra parte, se le suma la problemática de la falta de oferta ya que los propietarios prefieren no poner las unidades en alquiler y/o venderlas directamente.” nos indica Denis Trejo, de la Inmobiliaria Trejo Hermanos.

“Las tarifas de HOY son para hoy”, nos relata Marcelo Villalba, de Mendeguía Villalba, quien nos cuenta sobre la incertidumbre reinante y que contrasta con la urgencia de los inquilinos para conseguir vivienda. “Hoy podemos contar con algunas opciones para alquilar que arrancan de los $50.000, para un módulo básico y de hasta $165.000 en viviendas de tres dormitorios bien ubicadas.”, informa.

Agustín, desde SUMA Inmobiliaria, informa disponibilidad de unidades, con ubicación céntrica, desde los $65.000.

Mariana Paz, nos cuenta que “el tema alquileres está muy complicado hoy, con estos desfasajes y esperando que se resuelva la Ley de Alquileres. Los dueños no quieren renegar con los aumentos ya que quedan muy devaluados los valores de los alquileres, para los inquilinos es mucho cada vez que aumentan y las inmobiliarias deben hacer de intermediarios conciliadores.”

“Tenemos departamentos disponibles para alquilar desde $50.000 por mes y se actualizan cada 6 meses. Casas de dos dormitorios desde $60.000 hasta $ 150.000”, informa Carlos de Garriga Operaciones Inmobiliarias


Una manera de ver la actualidad

La demanda que viene teniendo Monte Cristo en los últimos años se mantiene sostenida ya que, no solamente tenemos a las familias e individuos locales sino que, se suma a las personas que desde la ciudad de Córdoba buscan un lugar más tranquilo y un poco más económico para vivir.

En todos los casos consultados, indican que no hay suficiente cantidad de propiedades para satisfacer la demanda habitacional.

Las inmobiliarias, por lo general, manifiestan que deben mediar más con los propietarios que con los inquilinos. Los propietarios argumentan que los valores de los alquileres son bajos y pretenden aumentar mucho más de lo que la plaza marca. Así es que hoy los valores están elevados en Monte Cristo, es un índice de mercado en alta constante.

Es entendible que la inversión de un propietario pretenda obtener el rendimiento acorde a la plaza, aunque en esta porción de mercado la puja de las ofertas hace incrementar los valores con mayor velocidad que la remuneración de la baja productividad de la demanda puede afrontar.

“Los inquilinos nos expresan el esfuerzo que deben hacer para afrontar los aumentos, pero pagan religiosamente y no hay inconvenientes casi nunca”, relata Denis Trejo.

En este contexto nacional y local de incertidumbre, constantes aumentos e imprevisibilidad, es muy complejo tomar compromisos de todo tipo para un futuro incierto. Asimismo, muchas veces la necesidad de los inquilinos y la conveniencia de los propietarios se mezclan en una “danza de tironeos” que no contempla posibilidades, sino, que sólo responde a una lógica de las reglas de juego de la economía en la que vivimos.

Y entre este tejido terrenal, en el que todos convivimos en la diaria, debemos estar expectantes a que nuestros representantes en los recintos nos brinden mejores posibilidades de entorno para conseguir desarrollo genuino y que podamos vivir mejor.


Informe de Diego Zampini

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