VIDEO: Así se vivió el clásico cordobés Belgrano-Talleres en Alberdi

Fue 1-1 en el Gigante, por la fecha 17 de la Liga Profesional. Pablo Vegetti y Nahuel Bustos marcaron los goles.

Tremendo Belgrano-Talleres en el Gigante de Alberdi, por la fecha 17 de la Liga Profesional. Goles de Pablo Vegetti y Nahuel Bustos en un partido que se jugó con todo y tuvo de todo. Esa historia podés verla en el video realizado por Mauricio Ortega, del equipo audiovisual de La Voz.

El Belgrano-Talleres tiene súperpoderes: le cambia los sentidos a la calle de la ciudad. La Orgaz se transforma en una vía por la que bajan desde la Colón los colectivos que trasladan a los planteles. Los “bondis” ingresan al Gigante entre los humos de los asadazos que se disfrutan en las cercanías. Los pisos de las casas tiemblan en esos instantes en los que los celestes aplican el “que no salta es de la ‘T’.

Y ya dentro del Julio César Villagra, las delegaciones de Belgrano y Talleres encaminan su marcha hacia el vestuario. Lo hacen a pura camaradería. A esa altura, las tribunas están “hasta las manos”. Más “hasta las manos” que cualquiera vez que se haya dicho “hasta las manos”. Alberdi como siempre, como nunca. No se veían escaleras con espacios, no había butaca vacía y la cola de socias y socios activando carné hasta iniciado el partido formaban parte del entorno.

Y salen los equipos a la cancha y las gradas son tapadas por el color celeste, por papelitos y por miles de rollitos de polietileno que reemplazan a las viejas serpentinas. El “Belgrano, mi buen amigo” es estruendoso, una caricia dolorosa para oídos sensibles.

Caen lágrimas en personas que están felizmente afectadas por vivir esa experiencia de delirio. Los teléfonos celulares capturan imágenes y videos que no podrán enviar a sus grupos de WhatsApp: las redes de comunicaciones están saturadas. Así, Alberdi queda aislado. Ese mundo que construyen Belgrano y Talleres es ahí, es en el Gigante. Ahí es todo.

Los capitanes Pablo Vegetti y Guido Herrera se guiñan ojos, se palmean, se ríen. El árbitro Fernando Rapallini despliega su intento de llevar y de invitar a la calma. En el banco de suplentes, los entrenadores Javier Gandolfi y Guillermo Farré se envían, a metros de distancia, un pulgar arriba. Cientos de guardias de seguridad, pegados a la nueva platea Súper Celeste, se pasan mirando las caras de la gente mientras esa gente se mira un partidazo. Uno que arranca a pura intensidad. Con piernas fuertes, con corazones fuertes.


fuente: https://www.lavoz.com.ar/

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