
El hallazgo de un cuerpo en un departamento del centro generó conmoción en Córdoba. Si bien en un principio no se conocía la identidad de la persona, más tarde se confirmó que se trataba de Milagros Bastos, una joven de 22 años que había sido denunciada como desaparecida en noviembre de 2024.

Los huesos fueron encontrados por albañiles en un placar del domicilio del expolicía Horacio Grasso, quien al momento del descubrimiento cumplía prisión domiciliaria con tobillera electrónica.
Uno de los trabajadores que ingresó al inmueble relató que el fuerte olor lo alertó y lo llevó a revisar un pequeño cuarto usado como depósito. “Cuando abrimos, vi la cabeza envuelta en una manta. Me tiré para atrás y le dije a mi compañero que había un cuerpo humano”, contó en diálogo con Telefe. Según denunció, Grasso intentó sobornarlo para que guardara silencio, asegurando que “no tenía nada que ver” y que el cadáver pertenecía a “su hermano”.
La investigación ahora está en manos del fiscal José Bringas, aunque el avanzado estado de descomposición de los restos podría impedir conocer la causa de la muerte. Paralelamente, se abrió un sumario contra jueces y fiscales que intervinieron en el caso, ya que Grasso había violado en al menos 190 ocasiones los términos de su prisión domiciliaria sin que se revocara el beneficio a tiempo.
