La llegada del verano aumenta los riesgos de golpe de calor e incidentes en el agua, por lo que saber aplicar correctamente la RCP en situaciones extremas se vuelve indispensable. Expertos citados por Infobae y Maternify remarcan que, ante calor extremo, lo primero es mover a la víctima a un lugar fresco, enfriar el cuerpo con agua, abanicar y aplicar compresas frías en cuello, axilas e ingle. Si la persona no responde o no respira, se debe iniciar RCP solo con manos, mientras otro llama al 911 o 112 siguiendo el protocolo PAS: Proteger, Alertar, Socorrer.
En los casos de ahogamiento, la maniobra cambia: se comienza con dos respiraciones de rescate asegurando que el pecho se eleve, y luego se continúa con ciclos de 30 compresiones y 2 respiraciones a un ritmo de 100 por minuto. Los especialistas destacan que la rapidez y la continuidad en las maniobras pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte, especialmente en contextos de playa o piletas donde las emergencias evolucionan en segundos.
La prevención también juega un rol central: mantenerse hidratado, evitar el sol fuerte, usar protector solar y supervisar a niños cerca del agua es fundamental. Las cifras de la OPS son alarmantes: las tasas más altas de ahogamiento se registran entre niños de 1 a 9 años, el 90% ocurre en países de bajos ingresos y más de 2,5 millones de muertes sucedieron en la última década. Frente a este panorama, contar con entrenamiento en primeros auxilios y RCP no es solo una recomendación: es una herramienta vital para enfrentar las emergencias del verano.
