
Un comercio instalado en la sala de un apartamento vende cachorros de “diseño” a precios que alcanzan 38.000 dólares, en aparente violación de la ley estatal que prohíbe la venta en tiendas en Nueva York, Estados Unidos.
La propietaria del lugar, ubicado en la intersección de 28th Street y 36th Avenue, en Astoria, fue identificada como Jenny Tsai.
La mujer afirmó mantener “35 cachorros aquí” y “otros 30 en Taiwán”, detalles que una investigación de New York Post comprobó durante una visita encubierta.
De hecho, el negocio publica razas cruzadas importadas de Asia y anuncia ejemplares conocidos como “teacup” por su tamaño en su página web, pese a la normativa vigente.
La norma conocida como Puppy Mill Pipeline Act, que entró en vigor el pasado diciembre, prohíbe la venta minorista de perros, gatos y conejos con el objetivo de cortar la vía de animales procedentes de criaderos masivos.
La investigación encubierta del medio local detectó ofertas de razas cruzadas y precios elevados:
- Maltipom por 8.800 dólares
- Pomapoo por 9.800 dólares
Además, la presencia de anuncios y la operación desde un domicilio muestran cómo algunos comercios intentan sortear la restricción que busca fomentar la adopción en refugios saturados.

De acuerdo a lo que muestra el Post, durante la visita, la propietaria permitió acariciar a un Maltipom de ocho meses y poco más de un kilogramo llamado Herbie; desde la calle se escuchaba el ruido de varios perros en el departamento.
En la sala se observó un tanque de peces, bolsos de lujo y fotos de la dueña con cachorros.
La perra más cara anunciada era “Miffy”, descrita como caniche micro teacup que, según la propietaria, alcanzará solo kilogramo de adulta y se ofrecía por 38.000 dólares.
El relato del vendedor incluyó justificativos sobre cría, licencias y controles veterinarios, destacan.
Cómo opera la venta de perros “teacup” y los argumentos de la propietaria
Tiny Cuties NYC presenta anuncios de cachorros criados en Asia y sostiene que los animales provienen de un criadero familiar en Taiwán.
Tsai explicó que los perros se envían cuando cumplen seis meses y que su familia crió a los animales por más de diez generaciones, afirmó que evitan la consanguinidad y que cuentan con licencia del USDA.

La oferta online mostró fotografías y listados con precios altos que atraen a compradores dispuestos a pagar por ejemplares de talla muy pequeña.
La conversación con la propietaria incluyó cifras de ventas y un argumento sobre la rareza: “Hemos vendido más de 600 perros”, señaló Jenny Tsai, propietaria, al medio.
Tsai minimizó algunos riesgos sanitarios y explicó que la luxación de rótula es común en sus ejemplares teacup, recomendó evitar movimientos bruscos y defendió que algunos ingresos provienen de actividades como yoga con cachorros y terapia.
La investigación determinó que el local opera desde un apartamento y exhibe elementos de la vida cotidiana de la dueña; ese microdetalle -los bolsos visibles junto al tanque de peces- reforzó la descripción del lugar como una tienda asentada en un domicilio particular.
El periodista comprobó también la oferta digital y la presencia de otros comercios que promocionan razas teacup importadas, lo que sugiere un patrón de comercialización que se adapta a la prohibición.
Reacciones legales y de defensores de animales
Defensores y expertos consultados por el informe de The New York Post denunciaron prácticas preocupantes y advirtieron sobre el vínculo entre ganancias elevadas y posibles crueldades asociadas a la cría intensiva.
Brian Shapiro, director estatal en Nueva York de la ONG Humane World for Animals, calificó el caso como indicio de prácticas dañinas y consideró que el comercio responde a incentivos económicos que priorizan la cantidad sobre la salud animal.
“Es dinero grande, un negocio grande, con indicios de prácticas de criadero que dañan a los animales”, señaló Shapiro.
El senador Michael Gianaris, coautor del proyecto de ley, indicó que la medida no distingue entre ventas físicas u online y que su objetivo es desalentar importaciones procedentes de criaderos masivos.

Desde la entrada en vigor de la norma, más de 60 tiendas para mascotas cerraron en el estado, comentó, y afirmó que la cantidad de ventas ilegales disminuyó drásticamente, aunque reconoció que algunos intentarán eludir la ley.
A su vez, la fiscal general Letitia James presentó una demanda en la Corte Suprema de Queens contra otra tienda, Vanity Pups, por mantener anuncios y por una oferta a un investigador encubierto, una acción que subraya la vía judicial disponible para sancionar ventas prohibidas: la demanda se presentó el 8 de julio y sigue en curso, publican.
Implicancias y seguimiento
La investigación del medio periodístico muestra que, pese a la prohibición, persisten canales para la comercialización de ejemplares importados y de talla muy pequeña.
Expertos sostienen que el mercado mueve grandes sumas y que esa dinámica incentiva prácticas que pueden afectar la salud de los animales. Las autoridades estatales mantienen investigaciones y demandas contra comercios que continúan publicitando ventas.
En lo inmediato, la presencia de anuncios y el funcionamiento desde un domicilio activaron la alerta de organizaciones y legisladores, que apuntan a reforzar controles y sanciones.
La combinación de citaciones judiciales y clausuras de locales marca una respuesta institucional visible frente a la oferta detectada.
El seguimiento judicial y la expectativa de sanciones quedan como marco de referencia hasta nuevas resoluciones oficiales.
—