
Hay algunos tenistas, como Frances Tiafoe, Madison Keys o Ben Shelton, que no pueden esperar a que llegue el US Open cada año, con sus multitudes ruidosas, sus figuras destacadas en las tribunas, su música en los cambios de lado, su bullicio. Para ellos, cuanto más ruido, mejor. Que comience el espectáculo y que traigan el ruido.
“Me desenvuelvo bien en el caos”, afirmó Tiafoe, dos veces semifinalista en Flushing Meadows.
A veces, todo puede salirse de control, como ocurrió durante el partido en el que Daniil Medvedev fue eliminado por Benjamin Bonzi y que finalizó en la madrugada del lunes. Hubo un retraso de más de cinco minutos mientras los espectadores abucheaban y gritaban, incitados por el ruso, campeón de 2021, quien se enfureció por una decisión del juez de silla Greg Allensworth después de que un fotógrafo interrumpiera el juego al entrar a la cancha tras un primer saque errado por el francés en su primer match point.
“En un momento les pedí que pararan, que se detuvieran, pero no me hicieron caso. Pensé que igual era mejor controlarlos para que se detuvieran, pero no querían parar, así que no puedes hacer nada más”, dijo Medvedev sobre los aficionados.
El caos del Grand Slam neoyorquino siempre está presente, incluso si no alcanza los niveles del duelo del ruso. Y no todos son capaces de ignorar ese “desorden” en un torneo famoso -algunos dirían infame- por los fanáticos que se exceden, los aviones rugiendo por encima, el trayecto de Manhattan a Queens y los olores de todo tipo, desde marihuana hasta comida a la parrilla.
INSANE scenes in the Medvedev & Bonzi match at US Open
A cameraman was trying to leave after Bonzi missed his 1st serve.
The umpire gave Bonzi a 1st serve.
Daniil: “Are you a man? Are you a man? why are you shaking? What’s wrong huh? Guys he wants to leave. He gets paid by… pic.twitter.com/nzlqgoWxre
— The Tennis Letter (@TheTennisLetter) August 25, 2025
“Es algo para lo que realmente no puedes entrenar al cerebro para lidiar. Simplemente te adaptás a eso”, dijo Monica Seles, campeona en 1991 y 1992.
También hay quienes, como Aryna Sabalenka, que en esta edición quiere defender el título ganado el año pasado, Marin Cilic, que levantó el trofeo en 2014, o Petra Kvitova, que el lunes jugó allí el último partido de su carrera, no comenzaron con una afinidad por la anarquía, pero aprendieron a aceptarla. “Realmente confuso”, fue la impresión inicial de Sabalenka.
Y hay incluso algunos cuya opinión cambió en sentido contrario, de abrazar a despreciar.
“En mis 20, me encantaba venir. Había tanto que hacer. Pero cuanto más envejezco, menos disfruto estar acá. Es un poco caótico. Siempre hay mucho ruido. Muchos olores por todas partes. Ya he visitado la mayoría de los lugares en Nueva York; no necesito ir al Central Park por 1.003ª vez”, dijo Adrian Mannarino, que comenzó su 15ª participación en el torneo el domingo al vencer a Tallon Griekspoor, 29° preclasificado.
The in stadium DJ is spinning the beats inside Arthur Ashe Stadium.
Rhianna’s “Don’t Stop The Music” is played.
Definitely a throwback theme tonight. #USOpen pic.twitter.com/A9CHZWiGL3
— Lukas Weese (@Weesesports) August 24, 2025
“Solía ser divertido, pero a veces pienso: ‘Dios, desearía poder concentrarme un poco más’“, agregó el francés de 37 años.
Las escenas y las situaciones del US Open no se ven en Wimbledon.
Los silencios que envuelven la Pista Central del All England Lawn Tennis o el Philippe Chatrier de Roland Garros -que tienen casi 10.000 espectadores menos que el estadio Arthur Ashe de 23.859 asientos- son más difíciles de encontrar en Nueva York.
“Wimbledon, por ejemplo, es adecuado, elegante, elevado. La gente es definitivamente más silenciosa y respetuosa, supongo que podrías decir”, dijo la estadounidense Emma Navarro, que llegó a las semifinales el año pasado. “Este Grand Slam se siente un poco más casual. Casual y bullicioso, supongo que lo llamaría”, agregó.
Hay un zumbido constante en el Arthur Ashe y otras canchas. Eso está bien para Shelton, quien jugó la primera de sus dos semifinales importantes en Nueva York hace dos temporadas.

“Supongo que encuentro paz en el caos porque me siento más incómodo en los torneos tranquilos”, dijo el número seis del mundo y reciente campeón en Toronto.
Para la retirada Agnieszka Radwanska, finalista en Wimbledon en 2012, nada fue tan fácil en el US Open, donde tuvo un récord de 0-5 en partidos de cuarta ronda.
“Todo te quita tanta energía, simplemente la absorbe. Todos los olores alrededor, como las hamburguesas. Todo es realmente ruidoso. El tráfico. Respeto a los jugadores que no ven la diferencia y no sienten eso y pueden jugar como si nada estuviera pasando”, dijo la polaca, ex número dos del mundo.
Algunos encuentran la Gran Manzana tan problemática como el sitio del torneo.
Casper Ruud, que jugó una de sus tres finales grandes en Flushing Meadows, en 2022, tiene una queja específica sobre la ciudad. El noruego, finalista junto a Iga Swiatek del novedoso dobles mixto que debutó en esta edición, se sintió “abrumado” la primera vez que asistió a este Major como junior. Y aunque ha llegado a disfrutar de Nueva York, especialmente de los restaurantes, hay una cosa que le molesta de la ciudad: “No soy un gran fan del olor a marihuana cuando caminás… En cada esquina de cada calle, lo olés”.

Ese particular “aroma” se cuela hasta en las canchas del USTA National Tennis Center. Hace un par de años, la griega Maria Sakkari y la española Rebeka Masarova había señalado que lo habían sentido durante sus partidos. Y es que el consumo recreativo de marihuana está permitido en la ciudad desde 2022 y el complejo que alberga la acción del último Major del calendario está pegado al Corona Park, que suele llenarse de gente sobre todo los fines de semana.
Elisabetta Cocciaretto, la italiana que sorprendió a Jessica Pegula en la primera ronda de Wimbledon el mes pasado, nunca se sintió cómoda hasta que dejó de alojarse en un hotel oficial del torneo y se mudó a un lugar más apartado.
Y explicó: “Me gusta separarme un poco. Porque de lo contrario, estás en medio de la locura. Y si hay demasiado de eso, tu cabeza explota”.
Está claro, el caótico show del US Open, que hace de ese torneo un Grand Slam diferente, no es para todos los gustos.
Con información de AP
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