
No siempre la ansiedad se presenta con ataques de pánico, taquicardias o noches en vela. A veces se oculta detrás de virtudes que la sociedad premia: la responsabilidad, la amabilidad o la sensibilidad. Cualidades admirables, sí, pero que, cuando se viven en exceso, pueden convertirse en una fuente constante de tensión interna.
Esa es la reflexión que ha compartido la psicóloga Ángela Fernández, cuyo vídeo en TikTok se ha vuelto viral por una razón muy simple: miles de personas se sintieron identificadas.
En apenas unos minutos, Fernández desvela que muchas personas con ansiedad comparten tres rasgos de personalidad que, aunque parecen fortalezas, pueden estar alimentando un malestar silencioso.
“Reconocerlos no significa resignarse”, aclara, “sino aprender a gestionarlos para que no interfieran en tu bienestar diario”.
Los rasgos de personalidad que suelen tener personas con problemas de ansiedad
- La trampa invisible de la autoexigencia
El primer rasgo que menciona la psicóloga es la autoexigencia. Las personas ansiosas suelen ser responsables, disciplinadas y perfeccionistas, acostumbradas a rendir al máximo en todo lo que hacen. Han crecido con la creencia de que el valor personal depende del rendimiento o del reconocimiento externo.
“Han aprendido que solo cuando hacen las cosas bien reciben aprobación, y eso se traduce en una necesidad constante de control”, explica Fernández.

El problema aparece cuando esa exigencia deja de ser un impulso saludable y se convierte en una carga emocional. Entonces, incluso los pequeños errores se sienten como fracasos, y el descanso se percibe como un lujo que no se merecen.
La psicóloga propone entrenar la flexibilidad mental y emocional. Aceptar que equivocarse no te hace menos capaz, sino más humano.“Cuando dejamos espacio para la imperfección, el cuerpo también se relaja”, afirma.
- Cuando ser demasiado amable te pasa factura
El segundo rasgo que destaca Fernández es la amabilidad extrema.Aunque parezca una virtud incuestionable, muchas personas con ansiedad priorizan tanto a los demás que se olvidan de sí mismas. Les cuesta decir “no”, se sienten responsables del bienestar ajeno y terminan agotadas emocionalmente.
“Ser empático es positivo, pero cuando lo haces a costa de tu equilibrio, la factura emocional llega”, advierte.
El antídoto no está en volverse egoísta, sino en aprender a poner límites con amor.“Pasar a la acción y marcar fronteras no te hace egoísta, te hace coherente”, subraya la psicóloga.

- Alta sensibilidad emocional: sentirlo todo, intensamente
El tercer rasgo es la alta reactividad emocional, lo que la psicóloga asocia con el neuroticismo. Son personas que viven con los sentidos a flor de piel: un gesto, una palabra o un contratiempo pueden alterarles el ánimo durante horas.
“No es debilidad, es un sistema nervioso más sensible”, explica Fernández.
Esta sensibilidad no es un defecto; de hecho, es la que permite percibir matices, empatizar profundamente y conectar con el arte o la belleza. Pero cuando no se gestiona, puede generar un estado de alerta permanente.

Fernández recomienda cultivar rutinas que aporten calma: meditación, respiración consciente, paseos sin prisas, descanso real. Y, sobre todo, adoptar una mirada compasiva hacia uno mismo.
Preguntas frecuentes sobre ansiedad y personalidad
- ¿Tener ansiedad significa ser débil? No. La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo al estrés. Lo importante es aprender a regularla, no a eliminarla.
- ¿Por qué las personas responsables sufren más ansiedad? Porque asumen demasiado control y responsabilidad, generando presión interna constante.
- ¿Cómo saber si mi amabilidad es excesiva? Si decir “no” te causa culpa o miedo al rechazo, probablemente estés sobrepasando tus propios límites.
- ¿Se puede cambiar la autoexigencia? Sí, con autoconciencia, terapia y práctica diaria de autocompasión.
- ¿La alta sensibilidad se cura? No es una enfermedad, sino un rasgo de personalidad. Se gestiona con autocuidado y aceptación.
—



