
Siguiendo a África de las Heras, primero heroína comunista en la Guerra Civil española y luego agente del estalinismo, encargada de armar la red de soplones en América latina, Mi niñera de la KGB (Lumen), de Laura Ramos, se sumerge en la Guerra Fría en nuestra región. Quien comienza como una Mata Hari roja, con pareja sed de sexo y granadas, acabará como modista, tía de alquiler y dadivosa esfinge en una Montevideo que ha dejado de ser la Suiza de América para convertirse en nido de espías. Lo hace con similar cercanía emocional y desconfianza de todos, y con su detector omnisciente del detalle humano.
Mi niñera de la KGB Laura Ramos Editorial Lumen.Es todo ese singular universo infantil del comunismo amable y el exilio lo que se constituye en la lectura, con sus códigos y contraseñas, en su distinción montevideana de unos pocos barrios, donde la autora y su hermano vivieron siete años y solían quedar al cuidado de la espía española. Junto a la biografía de África de las Heras, corre la bitácora de las indagaciones de la biógrafa, quien, en su tránsito, desanda la Guerra Fría en busca de los residuos veraces que deja una vida, tanto más novelescos y elusivos al tratarse de una espía, por los giros de la impostura y el engaño como oficio. ¿Cómo se construye una ficción “en persona”?, se pregunta.
Entre las incandescencias de este relato que transcurre entre fogonazos, delaciones y muertes inesperadas –con tres ovejeros ferales, tal vez entrenados por la KGB–, son particularmente inspiradas las que cuentan esa sociabilidad en falso, y la metódica “autoextracción” de la española en ese club disidente que para ella fue “familia” durante casi 20 años. Quizá la pasión de África fuera el desapego, el saber hacerse necesaria y luego proceder a su “prestige”, el acto de desaparición.
Paranoia Daniel Guebel Editorial InterzonaEn el otro extremo de los géneros literarios, de un autor perteneciente a la misma generación, Paranoia (Interzona). Con una novela de autoficción ficcional, Daniel Guebel lo hace de nuevo. En ella se encarnan tres voces acosadas por la obsesión dubitativa, en una montaña rusa de abismos existenciales, caídas en picado desde lo alto del ego, en suma, histeria y silencio. La novela se lee sin aliento, con el ansia de vivir las experiencias sin movernos del sofá. Si en La mujer del malón la aventura nos llevaba por distintos escenarios, Paranoia ofrece una vasta geografía mental con el vértigo de una prosa de sintaxis perfecta, digámoslo, incomparable, en la que se cuela el registro oral más cotidiano y esa especialidad de la casa, el sentido común y la realidad material presentada como ocurrencia que siempre brilla.
Orbital Samantha Harvey Editororial AnagramaPor último, un libro sobre el presente del segundo, Orbital (Anagrama), de la inglesa Samantha Harvey. Ganadora del premio Booker en 2024, se trata de una novela meditativa –y de un viaje contemplativo en el tiempo y el espacio exterior–, sin trama alguna, sobre el cotidiano de una tripulación en una cápsula alrededor de la Tierra, una pequeña sociedad cosmopolita ocupada en tareas como la meteorología. En este viaje espacial de “ciencia realista”, seguiremos a esos ocho astronautas que no van a ninguna parte sino alrededor del globo, en un día de 16 atardeceres y ciclones. Literatura de gravedad cero e introspección plena, cuenta cómo somos y lucimos cuando no estamos en casa, en la Tierra.
Sobre la firma

Matilde Sánchez
Periodista. Autora de “Los daños materiales” entre otras novelas. msanchez@clarin.com
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