
Anthropic, la startup de inteligencia artificial detrás del chatbot Claude, se convirtió en protagonista de uno de los juicios más relevantes en la historia del copyright en Estados Unidos. En agosto de 2024, tres autores, Andrea Bartz, Charles Graeber y Kirk Wallace Johnson, presentaron una demanda colectiva acusando a la compañía de haber utilizado copias piratas de sus libros para entrenar sus modelos sin autorización.
El caso, impulsado con el apoyo del Authors Guild, puso bajo la lupa el modo en que las empresas de IA obtienen los datos que alimentan a sus sistemas.
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La resolución del caso copyright en Anthropic
En junio de 2025, el juez William Alsup marcó un precedente clave: determinó que el uso de libros adquiridos legalmente para entrenar inteligencia artificial podía ser considerado “fair use” (uso legítimo) por su carácter transformativo.

Sin embargo, dejó claro que el empleo de material pirateado no entraba en esa categoría, por lo que el litigio siguió adelante. La discusión ya no giraba en torno a la legalidad del entrenamiento en general, sino a la procedencia de los datos.
En septiembre de 2025 se alcanzó una resolución histórica. Anthropic aceptó pagar 1.500 millones de dólares en compensación a los autores afectados, lo que representó aproximadamente 3.000 dólares por obra utilizada de forma ilegal.
Además, la empresa se comprometió a destruir los archivos piratas y todas las copias derivadas. Se trató de una cifra inédita, posiblemente la mayor indemnización por copyright reconocida en Estados Unidos, que inmediatamente se convirtió en un referente para el sector tecnológico.

Las condiciones para la empresa de inteligencia artificial
El acuerdo, no obstante, tiene limitaciones claras: solo cubre acciones pasadas, específicamente anteriores al 25 de agosto de 2025. No concede permisos para usos futuros ni protege a Anthropic de eventuales demandas relacionadas con contenidos generados por sus modelos. En otras palabras, la compañía resolvió un conflicto puntual, pero no obtuvo carta blanca para continuar con las mismas prácticas.
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El impacto de este desenlace es profundo. Por un lado, deja en evidencia la necesidad de que las tecnológicas aseguren el acceso a datos de manera ética y legal, evitando recurrir a fuentes no autorizadas. Por otro lado, marca un precedente para otros juicios en curso que involucran a gigantes como OpenAI, Microsoft y Meta, también señalados por el uso de contenido protegido por copyright en el entrenamiento de sus sistemas.
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fuente: inteligencia artificial enfrenta millonaria demanda – DefOnline”> GOOGLE NEWS