
La inteligencia artificial también impacta en trabajos intelectuales y creativos. Aunque su rol seguirá siendo de asistencia y apoyo, pone en riesgo funciones que antes solo podían ser realizadas por personas.

Un estudio reveló que IA ya podría reemplazar el 98% de las tareas humanas en algunas profesiones. (Foto: Creada con ChatGPT)
La inteligencia artificial avanza a un ritmo tan acelerado que ya comienza a poner en jaque a ciertas profesiones que hasta hace poco parecían seguras.
Un nuevo estudio realizado por investigadores de Microsoft y la Universidad de Cornell determinó que las herramientas de IA generativa, como Copilot o ChatGPT, ya son capaces de asumir hasta el 98% de las tareas que desempeñan los humanos en algunas profesiones.
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El informe, titulado Trabajar con IA: midiendo las implicaciones ocupacionales de la IA generativa, se fundamentó en más de 200.000 interacciones de usuarios con Copilot en todo el mundo y utilizó el sistema O*NET, una metodología que permite identificar cómo se relacionan las tareas profesionales con el uso de la inteligencia artificial.

La inteligencia artificial ya impacta en trabajos intelectuales y creativos. Aunque su rol seguirá siendo de asistencia y apoyo, pone en riesgo funciones que antes solo podían ser realizadas por personas. (Foto: AdobeStock)
Las profesiones más expuestas
Los resultados de la investigación revelaron que la IA impacta especialmente en los trabajos basados en el conocimiento y el lenguaje, como la escritura, la traducción o la divulgación.
En ese grupo, los traductores aparecen como los más vulnerables, con un 98% de sus funciones replicables por IA. Les siguen los historiadores (91%), escritores (85%) y editores (78%).
Otras ocupaciones también muestran una alta tasa de exposición, entre ellas periodistas (81%), programadores (90%), representantes de ventas de servicios (84%) y redactores técnicos (83%).
En estos casos, el riesgo no siempre se traduce en reemplazo total, sino en un escenario de colaboración forzada, donde la IA asume las tareas más rutinarias o mecánicas, dejando a las personas el rol de supervisión y toma de decisiones.
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Los trabajos más protegidos
En el otro extremo, las profesiones que requieren interacción humana directa o esfuerzo físico son las menos afectadas. Las tareas de cuidado, la medicina y la construcción se ubican entre las más resistentes al avance de la automatización.
Los flebotomistas (encargados de extraer sangre) y los enfermeros, por ejemplo, tienen una cobertura inferior al 0,1% por parte de la IA. Lo mismo ocurre con oficios como los pintores, yeseros o ayudantes de obra, cuya aplicabilidad tecnológica ronda apenas el 0,04%.
En algunos casos, como los operadores de dragado o de tratamiento de agua, la inteligencia artificial ni siquiera puede reemplazar una sola de sus tareas.
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¿Reemplazo o transformación?
El estudio de Microsoft y Cornell coincide con una tendencia que se repite en los principales informes sobre el futuro del trabajo: la IA no eliminará los empleos de forma masiva, pero transformará profundamente la naturaleza de las tareas.
La automatización ya no amenaza solo a los trabajos físicos o repetitivos, sino también a los empleos creativos e intelectuales. Sin embargo, el desafío no es competir contra las máquinas, sino aprender a trabajar con ellas.
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