
Un reciente informe de la Fundación Ecosur de la Bolsa de Comercio de Córdoba reveló un dato que contrasta con la percepción cotidiana: el costo de la canasta de alimentos y bebidas en Argentina se abarató en dólares frente al resto de América Latina. Según el estudio comparativo realizado en diez países de la región, el valor del “changuito” local se ubicó en USD 526, un nivel intermedio que deja al país por debajo de Chile, México y Uruguay, aunque aún por encima de mercados como Bolivia y Paraguay.

La explicación central se encuentra en la dinámica cambiaria de los últimos meses. Entre abril y noviembre, Argentina fue la única economía que registró una caída del 5,5% en dólares, mientras que los demás países tuvieron un incremento promedio del 20,9%. El fenómeno no responde a una baja real de precios, sino a la depreciación del peso tras el levantamiento del cepo, una corrección que dejó a la inflación interna (14%) detrás de la suba del tipo de cambio oficial (27%).
Esa combinación produjo un efecto estadístico contundente: aunque los precios en pesos continuaron subiendo, la devaluación fue tan fuerte que el costo del changuito se redujo al convertirlo a dólares. El informe agrega que esta baja relativa se potenció por un contexto internacional marcado por el debilitamiento del dólar, lo que fortaleció a varias monedas emergentes y encareció sus costos en términos comparativos.
Como resultado, Argentina quedó un 22% más barata que el promedio de los nueve países analizados, lo que plantea un doble impacto. Por un lado, el país se vuelve más competitivo para exportaciones y turismo; por el otro, la contracara local es evidente: la pérdida del poder adquisitivo de los ingresos en pesos, que no acompañan el ritmo de la devaluación y profundizan la sensación de deterioro económico para las familias.



