
19 dic, 2025 11:35 a. m.| Actualizado: 19 dic, 2025 11:35 a. m. AR
En lo que fue la última sesión del año, presidida por el presidente subrogante Sergio Mansilla, la Legislatura de Tucumán aprobó, el último jueves, de manera pionera una ley que reglamenta el uso responsable de la Inteligencia Artificial (IA) para los tres poderes del Estado y la Administración Pública. La norma, que surge de la unificación de proyectos presentados por Carolina Vargas Aignasse, Silvia Elías de Pérez y Raquel Nievas, entre otros, adhiere formalmente a las recomendaciones de la UNESCO. No obstante, la sanción técnica fue el escenario de un profundo debate político donde se alertó sobre cómo las ideologías de derecha utilizan estas herramientas para la manipulación ciudadana, cuestionando frontalmente la postura “antiregulación” del gobierno nacional de Javier Milei.
El jefe de la bancada oficialista, Roque Tobías Álvarez (foto inferior) introdujo una fuerte dimensión política al debate, advirtiendo que la ética no debe limitarse a la educación o la ciencia, sino extenderse a la política. Álvarez denunció la emergencia de un “populismo digital” que, según sus palabras, permitió el ascenso de líderes de derecha mediante la manipulación de datos.
“La democracia enfrenta esta suerte de populismo digital que ha llegado al gobierno a través, justamente, del uso y la manipulación de la Inteligencia Artificial, de la Big Data a través de los datos que han sido tomados del Google, de los WhatsApp y todo lo que se dispone en internet”, sentenció Álvarez. El legislador vinculó directamente esta metodología con líderes internacionales y locales: “Así tenemos la primera presidencia de Donald Trump, así tenemos la gestión de Mateo Salvini (Vicepresidente del Consejo de Ministros de la República Italiana), así tenemos la presidencia de Jair Bolsonaro y así tenemos la presidencia de Milei”.

Álvarez profundizó en el uso de “ingenieros del caos” para juntar a la derecha mundial y manipular el mensaje según el receptor: “Si doña Rosa quiere escuchar tal cosa, el mismo candidato le dice eso a doña Rosa. Y si Juan o Pedro quiere escuchar una cosa diametralmente opuesta, a esa persona le dice el mismo candidato una cosa diametralmente opuesta”. Además, alertó sobre la manipulación de jóvenes a través de videojuegos, donde estos líderes “entran y de pronto nosotros decimos, hay una franja etaria tal o cual que se rebela contra lo que es la política tradicional y en gran medida está manipulada”.
Por su parte, Carolina Vargas Aignasse criticó la posición del gobierno nacional frente a la regulación: “Argentina en la alineación de lo que el presidente Milei viene diciendo, alineado también con Estados Unidos, es antiregulación”. Mencionó que, a pesar de las promesas del Ejecutivo nacional de presentar una estrategia de IA, “todavía no vimos la luz sobre esa estrategia para nuestro país”.
Vargas Aignasse también alertó sobre la asimetría de poder entre los estados y las grandes tecnológicas. Señaló que empresas como Nvidia, Microsoft y Apple tienen valores de mercado que superan el PIB de países como Francia, Italia o Brasil. Ante este escenario, defendió la necesidad de regular para evitar que la innovación profundice las desigualdades: “Sin reglas claras la innovación no se distribuye de manera justa y que además profundiza asimetrías existentes”.
Respecto a las respuestas globales, comparó la “mega regulación” europea, que ahora sufre retrocesos por su complejidad, con la postura de Estados Unidos y China, mencionando que incluso Donald Trump ha comenzado a establecer “principios rectores” federales.
El impacto ambiental
Otro de los ejes del debate fue el costo ecológico de la IA. Vargas Aignasse aportó datos alarmantes: “Una consulta realizada a un sistema de Inteligencia Artificial puede requerir 10 veces más energía que una búsqueda tradicional” y advirtió que el desarrollo futuro “podría demandar volúmenes de agua equivalentes al consumo anual de países completos”.
Gabriel Yedlin reforzó esta preocupación, vinculándola con la soberanía argentina sobre sus recursos naturales. “Esto necesita muchísima agua, genera muchísimo calor y necesita muchísima energía”, explicó, señalando que el mundo ve a la Argentina como un lugar “muy apetecible” por tener glaciares, agua y zonas frías en el sur. Yedlin advirtió sobre el riesgo de privatización de empresas energéticas nacionales en este contexto: “No es casual que estén en la mira de los lugares a privatizar ante fortunas, las ventas de tierras también de manera masiva, todas esas cosas que no dependen de nuestra regulación”.
La aplicación de la IA en el Poder Judicial de Tucumán fue otro tema de análisis. Vargas Aignasse citó el caso “Eric Loomis” de Estados Unidos, donde un algoritmo (sistema Compas) determinó una pena de prisión efectiva basándose en un riesgo de reincidencia que los abogados no pudieron cuestionar por ser una “caja negra”.
Advirtió que la Corte Suprema de Justicia de Tucumán ya está trabajando con IA y que, ante la mora del sistema conclusional, se debe ser cauteloso: “Si nosotros no somos conscientes de que esta innovación es muy buena, pero si no atamos esto a la regulación que tenga que ver con la implementación con estos principios éticos, vamos a estar aplicando una tecnología que va a terminar volviéndose en contra del propio ser humano”.
Silvia Elías de Pérez (Valores por Tucumán) coincidió en la necesidad de “supervisión responsable y segura”, destacando que la ley exige que, cuando el Estado use IA, el ciudadano debe saberlo y tener una instancia de revisión humana. “Es fundamental que verdaderamente vayamos a una humanidad aumentada y no que vayamos a una humanidad que sea aplastada”, expresó citando al experto Federico Lix Klett.

Raquel Nievas (foto superior) destacó que la ley crea una autoridad de aplicación y un Consejo Provincial Ético. “Es un proyecto sólido, innovador, democrático, transparente, accede a que el ojo humano pueda corregirlo a través de estas instituciones interdisciplinarias y pueda prevenir un error algorítmico”. Señaló que la creación de un registro dará transparencia y permitirá el “acceso a la información pública tan deseado por los tucumanos”.
Finalmente, Eduardo Verón Guerra (Fuerza Republicana) otorgó al debate una metáfora literaria basada en el cuento “El Evangelio según San Marcos” de Borges, comparando la fe ciega de los personajes con la actitud actual ante la tecnología: “Muchas veces ni analizamos lo que nos dice la IA, solamente le creemos. Así que todas estas medidas de ética a la Inteligencia Artificial son absolutamente necesarias”.
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