Un proyecto ferroviario basado en tecnología de Levitación Magnética de ultra-alta velocidad (UHV) plantea conectar Buenos Aires con San Pablo en apenas una hora, desplazándose a 1.000 kilómetros por hora. El sistema combina propulsión y sustentación electromagnética para eliminar la fricción del rodamiento, elevando el tren a pocos centímetros del riel. La iniciativa, inspirada en desarrollos como el T-Flight chino, representa un salto paradigmático en el transporte terrestre y aspira a superar incluso la velocidad promedio de los aviones comerciales.
El desafío implica mucho más que velocidad: alcanzar los 1.000 km/h en la atmósfera requiere enfrentar una enorme resistencia aerodinámica, lo que obliga a operar en túneles de baja presión para reducir el drag y optimizar el consumo energético. A ello se suma la necesidad de una infraestructura monumental, ya sea una vía especializada de levitación o un sistema tubular de vacío parcial a lo largo de miles de kilómetros, además de estaciones, sistemas de evacuación, mantenimiento y estrictos protocolos de seguridad.
La tecnología se apoya en dos pilares: la levitación magnética, que elimina el contacto físico a partir de los 150 km/h permitiendo aceleraciones muy superiores a las de un tren convencional, y los túneles de presión reducida, que minimizan la resistencia del aire para lograr velocidades extremas. De concretarse, este tren redefiniría los tiempos de viaje en el Cono Sur, con un fuerte impacto en turismo, logística y negocios, posicionándose como la nueva “frontera de la ingeniería de transporte”.
