Tras la pista argentina del arte queer

Uno de los objetivos que ha guiado los programas de la Fundación Ama Amoedo desde su creación fue promover y acompañar distintas formas de procesos creativos. Ya en el ámbito de la producción artística en sus más diversas manifestaciones o en el pensamiento curatorial, la Fundación demostró un fuerte compromiso con experiencias contemporáneas a las que apoya a través de becas y residencias como FAARA. Este interesante proyecto con sede en José Ignacio, Uruguay, dirigido a artistas visuales, cineastas, escritores, historiadores del arte y curadores, fue concebido para dinamizar vínculos y sistemas de colaboración en Latinoamérica, el Caribe y Estados Unidos.

Ahora, en el marco de su programa Viaje de Investigación Curatorial, invitó a Buenos Aires a la joven curadora y editora brasileña Isabella Rjeille, hoy curadora del Museo de Arte de São Paulo Assis Chateaubriand (MASP) y en 2016 se desempeñó como asistente curatorial en la 32a Bienal de São Paulo, que se conoció con el título Incerteza Viva.

Rjeille en Buenos Aires junto a laura Hackel, coordinadora de Proyectos Artísticos de la Fundación Ama Amoedo. Rjeille en Buenos Aires junto a laura Hackel, coordinadora de Proyectos Artísticos de la Fundación Ama Amoedo.

“En Argentina tenemos una escena alucinante y uno de los focos de interés de la Fundación es lograr que esta escena tenga más visibilidad”, nos dice Laura Hakel, coordinadora de Proyectos Artísticos de la Fundación, a modo de introducción a la charla que tuvimos con Rjeille en Buenos Aires.

Como curadora del MASP, Isabella trabajó este año en Historias de Ecología, una exposición colectiva internacional que actualmente ocupa todos los espacios de exhibición del gran edificio sobre la Avenida Paulista. Reúne más de 200 obras de artistas, activistas y movimientos sociales de 22 países, incluyendo Colombia, Islandia, Japón, Nueva Zelanda, Perú y Turquía, entre ellos varios argentinos: Nicolás García Uriburu, León Ferrari y Ad Minoliti. La muestra es uno de los eventos principales organizados paralelamente a la Bienal de San Pablo y sintoniza en gran medida con su agenda sobre la imposibilidad de escindir la condición humana de la naturaleza.

Vista de la exposición Historias de ecología, en el MASP. Vista de la exposición Historias de ecología, en el MASP.

Al mismo tiempo, la joven brasileña se encuentra trabajando como curadora adjunta en la 6ta Trienal del New Museum de Nueva York junto a su curadora principal Vivian Crockett. Es la primera curadora latinoamericana en participar de esta Trienal que tendrá lugar el próximo año y, como línea general, ha manifestado el propósito de apuntar a artistas emergentes de distintos países.

Algunos de los proyectos en que Isabella estuvo involucrada recientemente fueron Historias de Mujeres, Historias Feministas (2019), Historias de la Danza (2020), Historias Brasileñas (2021-22), Historias Indígenas (2023) y Historias Queer (2024). Una secuencia de exhibiciones que revela una fuerte orientación de sus intereses en dirección del feminismo y las cuestiones de género.

En Buenos Aires visitó el estudio de Marcelo Pombo y la obra del fallecido artista Santiago García Sáenz.

Los Cristos enfermos de Santiago García Sáenz, en Colección Fortabat. Foto Cortesía Colección FortabatLos Cristos enfermos de Santiago García Sáenz, en Colección Fortabat. Foto Cortesía Colección Fortabat

La pregunta a Isabella, dirigida también a Laura Hakel, fue si el viaje tenía un programa definido de antemano.

“Depende mucho de los intereses del curador”, respondió Laura. “Se priorizan las visitas a estudios y los encuentros personales. Pero la Fundación prepara una cantidad de elementos, portfolios, datos y gestiona la información con las galerías que trabajan la obra de ciertos artistas de interés”.

En ese sentido, este tipo de visitas apuntan también a proporcionar una visión panorámica que permita una idea de la escena que incluye lo institucional, el coleccionismo, el galerismo y también otros ámbitos de la producción artística.

“Todo un trabajo para que los curadores conozcan a nuestros artistas más allá de su círculo más cercano”, apunta Laura Hakel.

Vista del Museo Peluche de Ad Minoliti.Vista del Museo Peluche de Ad Minoliti.

En ese sentido Isabella destaca los tres artistas argentinos que participan ahora de la muestra Historias de Ecología: León Ferrari, Nicolás García Uriburu y la joven artista Ad Minoliti, cuya obra acaba de ser adquirida por el museo y ha pasado a integrar la colección del MASP.

De Nicolás García Uriburu la colección del MASP ya poseía una serie original de las botellas que usó para colorear las aguas. Isabella cuenta que la exhibición Historias de Ecología fue una oportunidad de poner estas piezas en escena. “Y también poder entrar en contacto con el estate del artista en Argentina. Fue muy importante poder contar con una fotografía de una de las intervenciones que hizo Nicolás”, menciona.

Serigrafistas queer, en el campamento de documenta 15. Serigrafistas queer, en el campamento de documenta 15.

Más allá de estos vínculos siempre significativos para un curador, la visita de Isabella está más enfocada en conocer artistas y hacer visitas a sus estudios, la curadora brasileña menciona con especial énfasis las Serigrafistas Queer, un grupo de trabajo que desde 2007 milita y participa de intervenciones que cuestionan el orden dominante en cuestiones de género y sexualidad. Se hicieron conocidas por las pancartas, banderas y carteles con las que participaron en las Marcha del Orgullo LGBT.

Un dato de gran interés para ella es que desde 2013, las Serigrafistas Queer han estado construyendo en el barrio de Boedo, en Buenos Aires, el Archivo Serigrafistas Queer (ASK) con todo ese material. Podría decirse que las figuras más conocidas son la investigadora Guillermina Mongan y la artista Mariela Scafati.

Isabella Rjeille recuerda que en 2017 trabajó con las serigrafistas en ocasión de su muestra Historias de la Sexualidad. Hicieron un workshop en la plaza del MASP y los resultados de este workshop quedaron en el museo. También participaron de la exposición Historias Feministas, que ella misma organizó en 2019.

Trazos radicales de Marcelo Pombo. Trazos radicales de Marcelo Pombo.

De manera que el vínculo de Rjeille con este grupo surgido en Buenos Aires no es nuevo. “Si, la idea es que el trabajo sea continuo con estos artistas”, reflexiona Isabella y recuerda. “Yo estaba haciendo mi investigación para colaborar con las artistas feministas e incluí unos resultados de aquel workshop. En ese momento, por casualidad, estaba hablando con Mariela Scafati y ella me cuenta del archivo, con todas las cosas que se hicieron. Y a mí me pareció muy importante contar las historias desde allí, porque cada serigrafía contenía una historia. Muy interesante ese archivo y muy cargado de afecto”.

“Entonces, a raíz de esa exposición y, sobre todo por las Serigrafistas Queer, hice toda una investigación para escribir las historias de cada una. Todo a partir de las serigrafías que estaban en el archivo y que ahora son parte de nuestra colección”.

Fernanda Laguna.Fernanda Laguna.

“Había serigrafías más históricas que fueron hechas en la calle, aquí en Buenos Aires y hasta serigrafías que fueron hechas en San Pablo en nuestro workshop de la plaza del MASP”.

A propósito de la obra de Marcelo Pombo y Fernanda Laguna. Isabella deslizó: “Es interesante pensar algunas conexiones entre estos artistas y sus pares de Brasil que trabajaron al mismo tiempo. Me quedé pensando en cómo sería un encuentro entre Fernanda Laguna y la brasileña Mónica Nador, dos artistas que trabajan expandiendo el campo de arte en otras direcciones. Mónica Nador, como Fernanda Laguna, creó el Jardín Mira Arte Club (JAMAC), una escuela de formación de artistas en una parte que es muy periférica de la ciudad, y enseñó a las personas a hacer serigrafías”.

Y agregó: “Me pareció muy vibrante en Marcelo Pombo el activismo de sus dibujos. Marcelo vivió en San Pablo en los 90, y también el activismo de la joven artista Flor Alvarado, en nombre de la identidad marrón. Me surgen esas conexiones”.

“Muy interesante también el espacio que Ad Minoliti llamó sala Peluche, porque es un espacio que abre para la formación de artistas, charlas; un espacio de experimentación, de residencia, a mí me pareció increíble que una artista como Ad pueda hacer algo así”.

Podría decirse que, como resultado de esta serie de idas y vueltas, la curadora brasileña se lleva un panorama de la escena de nuestro país que claramente se encuentra limitada a Buenos Aires. Una parcialidad inevitable en estos casos.

fuente: CLARIN

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