
La seguidilla de éxitos trajo tranquilidad y el empate en Arroyito mostró un equipo a la altura frente a un rival que resultó una buena medida de cara a la evolución que viene experimentando Boca. Sin embargo, hubo una pequeña mancha que Miguel Angel Russo no quiso dejar pasar. Llamó la atención el enojo que manifestó Carlos Palacios a los 28 minutos del segundo tiempo, cuando el técnico decidió reemplazarlo por Alan Velasco. Al chileno no le gustó y mostró su disconformidad con Claudio Ubeda, ayudante del entrenador.
Entonces, Russo esperó el regreso a los entrenamientos tras el lunes libre y reunió al plantel. Más allá de la charla individual que tuvo con el jugador, abrió el diálogo con el resto de los futbolistas para pedirles que traten que los trapitos sucios se lavaran en el vestuario. El técnico entiende que nadie puede estar contento cuando le toca dejar la cancha, y ese fue el eje de su discurso, pero también recomendó que no agiten el clima interno con exposiciones públicas.
Ya había causado un cimbronazo externo el caso de Miguel Merentiel, quien entró a la cancha a jugar el segundo tiempo con Huracán, muy a pesar de que el uruguayo había recibido la orden de salida para ser reemplazado por Milton Giménez.
— TNT Sports Argentina (@TNTSportsAR) September 14, 2025
Esta exigencia del veterano técnico de 69 años se sumó a otra decisión que tiene que ver con un código de conducta. Sin ir más lejos, desde la semana pasada prohibió las visitas de los peluqueros a la concentración.
Palacios es un jugador complejo y no es la primera vez que le hace un desplante al cuerpo técnico. Desde que llegó en enero, fue protagonista de varios episodios de indisciplina y actitudes cuestionables que generaron tensiones con el cuerpo técnico, desde Fernando Gago hasta el propio Russo.
A principios de marzo, Palacios fue visto en las tribunas con la Garra Blanca, barra brava de Colo Colo, y compartió una historia en Instagram con la frase “del garrero a jugador, de jugador a garrero”. En Boca no le gustó a nadie.
A finales de ese mismo mes, luego de un fin de semana libre, el volante de 25 años viajó a Chile y se retrasó en su regreso debido a un choque que sufrió el vehículo en el que se trasladaba al aeropuerto. Llegó tarde a la práctica, lo que fue interpretado como falta de responsabilidad. Gago lo sancionó con la exclusión del partido contra Newell’s Old Boys, muy a pesar de que Juan Román Riquelme no estaba de acuerdo. La dirigencia cuestionó la severidad de la medida.
En mayo, después de clasificar a los cuartos de final del Torneo Apertura en la definición por penales contra Lanús, el chileno estuvo en un boliche. El clima estaba caliente porque pesaba la crisis futbolística. Incluso, hubo insultos en la Bombonera. A Palacios poco le importó y se mostró feliz en la discoteca.
En julio, volvió a llegar tarde a una práctica, acusó una tendinitis en la rodilla para no entrenarse con el grupo, pero Gago no lo convocó para disputar la Copa Argentina.
¿Palacios puede salir del equipo producto del gesto que tuvo con Ubeda? Sobre todo cuando parece que Kevin Zenón podría volver a ser considerado. Según pudo averiguar Clarín, el tema quedó aclarado con la charla. “Lo resolvimos puertas adentro, como corresponde”, confió un allegado al cuerpo técnico.
Russo encontró la fórmula en la mitad de la cancha, donde observa una buena sintonía entre el chileno y el doble cinco (Leandro Paredes y Rodrigo Battaglia). ¿Puede pesar la reacción en Arroyito? ¿Saldrá Palacios en el once? No se descarta que ingrese William Alarcón para reforzar el medio.
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