Este miércoles, la marcha de jubilados frente al Congreso terminó en violentos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. La protesta, que contó con el apoyo de hinchadas de fútbol y sindicatos, dejó un saldo provisorio de seis detenidos, un herido grave y un patrullero incendiado. “¡Vayan a Bahía Blanca!“, gritaban los manifestantes a los efectivos, en un clima de tensión que escaló rápidamente.
Detalles del operativo
El operativo, ordenado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, incluyó un despliegue masivo de Gendarmería, Policía Federal y Prefectura. A pesar de la presencia de cientos de efectivos, los manifestantes respondieron con bengalas, fuegos artificiales y forcejeos. Los gases lacrimógenos y los carros hidrantes intentaron dispersar a la multitud, pero el conflicto ya estaba desatado. “A los jubilados no se les pega“, coreaban los hinchas, que se unieron a los reclamos por el congelamiento de las pensiones.
Medidas y reclamos
La protesta, que se repite todos los miércoles, cobró un tono inédito con la participación de hinchadas de distintos clubes y la presencia de banderas de partidos de izquierda. Los manifestantes exigían una actualización del bono de 70 mil pesos, que lleva un año congelado y debería superar los 150 mil pesos según estimaciones. La represión ocurrida en semanas anteriores motivó que las hinchadas se sumaran a la causa, generando un escenario inusual y caótico.
Los incidentes de este miércoles reflejan el creciente descontento social ante las políticas económicas del gobierno. Mientras las autoridades evalúan cómo manejar futuras protestas. La pulseada entre manifestantes y fuerzas de seguridad parece lejos de terminar.
