
A Wilson Isidor le preguntaron en una entrevista tras vencer a Chelsea en qué posición de la liga están. “Tenemos 17 puntos, no sé, cuartos o quintos”, respondió antes de que su cara cambiara completamente al decirle que estaban segundos. “Wow”, añadió el delantero, incrédulo ante el milagro que un recién ascendido como el Sunderland está protagonizando en estas nueve primeras nueve jornadas de Premier League.
Los Black Cats, un histórico de la liga -ganó seis títulos, aunque el último en la temporada 1935-36- y con una rivalidad férrea con Newcastle United, llevaban ocho años sin pisar la Premier League hasta que en la final del ascenso ante el favorito Sheffield United se llevaron el triunfo gracias a los goles del español Eliezer Mayenda y de Thomas Watson, en el minuto 95.
Acabó ahí el vagar de Sunderland por las categorías del ascenso -estuvieron cuatro años en League One- y volvió a ser conocido como un grande de Inglaterra y no solo como el meme que surgió de su famoso documental en Netflix, quizás el que mejor refleje la realidad de un club de fútbol de las decenas que afloraron en los últimos tiempos.
Sunderland ahora es el cuarto mejor equipo de la Premier -el domingo le superaron en la clasificación Bournemouth y Tottenham-. Superaron a West Ham United (3-0), Brentford (2-1), Nottingham Forest (0-1), Wolverhampton Wanderers (2-0) y Chelsea (1-2), además de empatar contra Crystal Palace (0-0) y Aston Villa (1-1). Sus únicas derrotas fueron contra Burnley (2-0) y Manchester United (2-0).
Su buen estado de forma puede achacarse a un calendario respetuoso y amable y en el que solo se han enfrentado en nueve jornadas a dos equipos del Big Six, pero el caso de Sunderland es una rara avis en las últimas temporadas de Premier League, en las que lo habitual es que los equipos ascendidos caigan al pozo un año después.
Chemsdine Talbi, el héroe del fin de semana para Sunderland. Foto: REUTERS/David Klein
El drama de los ascendidos
En las dos últimas campañas, los tres equipos que ascendieron a la Premier League volvieron a caer. En la 2024-2025, además, con registros irrisorios. Leicester City sumó 25 puntos y quedó a 13 de la salvación, Ipswich Town acopió 22 y Southampton apenas resguñó los 12. Los Saints quedaron a un punto de igualar los once que hizo Derby County de la 2003-2004, el peor equipo de la historia de la competición.
Sin embargo, esta temporada la tendencia cambió. Por ahora, claro. Sunderland pelea los primeros puestos, Leeds United marcha decimoquinto y Burnley está decimosexto. Todos están fuera del descenso.
Obviamente, el más destacado es Sunderland, con un equipo liderado por los cuatro goles de Isidor, la contundencia en defensa del paraguayo Omar Alderete y Reinildo Mandava, y la capitanía de un histórico de la liga como Granit Xhaka, al que nadie dudó en darle la cinta cuando llegó al club el último mercado de pases procedente de Bayer Leverkusen.
Granit Xhaka le va fuerte a Alejandro Garnacho. Foto: REUTERS
Una inversión millonaria
¿Y cómo puede ser que un recién ascendido pueda “quitarle” un jugador a un equipo Champions League como el Leverkusen? La clave son los ingresos televisivos. Cuando Sheffield United y Sunderland se midieron en mayo en la final del ascenso había un premio en juego de 200 millones de libras (266,6 millones de dólares). Una importante porción del pastel que supone el último acuerdo de televisión que firmó la Premier League a cuatro años y por valor de más de 9 mil millones de dólares.
Esta inyección permitió a los de Regis Le Bris firmar once jugadores para reforzar el plantel. Llegó Habib Diarra, de Racing de Estrasburgo, por US$ 37 millones; Simon Adingra, de Brighton, por 28M; Enzo Le Fée, del Roma, por 27M; Brian Bobbey, del Ajax, por 23M: y Chemsdine Talbi, del Brujas, también por 23M.
No fueron los únicos, Sunderland también incorporó a Xhaka por 17,4M; a Noah Sadiki por 20M, a Alderete por 14M; a Nordi Mukiele por 14M; a Robin Roefs por 12,2M; y a Bertrand Traoré por 3,5. Reinildo, por suparte, llegó gratis tras acabar contrato con el Atlético de Madrid.
Wilson Isidor celebra su gol ante Chelsea. Foto: REUTERSSon cantidades inviables en muchas otras ligas, pero posibles en una Premier League que entrega más de 130 millones de euros al colista de su liga y que creó los pagos paracaídas para los equipos que descienden, lo que les permite mantenerse competitivos durante años, aunque a veces implique desigualdades.
Esta inversión le permitió a Sunderland amasar 17 puntos de 27 posibles que huelen a salvación y a que el equipo en cierto modo se quite el estigma de los muchos clips que aún circulan en redes sociales de aquel famoso documental, como cuando el director por entonces del club, Charlie Methven, quería cambiar la música de entrada al estadio por electrónica. Esos tiempos han quedado atrás y ahora Sunderland lucha por sueños reales.
fuente: EFE
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