
Un nuevo intento de ingresar elementos prohibidos fue detectado en el Complejo Carcelario N.º 2 de Bouwer, en la ciudad de Córdoba, durante un control habitual al ingreso de visitantes. El procedimiento terminó con el secuestro de un teléfono celular y siete chips, que estaban ocultos de una manera inesperada.
El episodio se produjo cuando personal del Servicio Penitenciario de Córdoba realizaba la requisa de rutina. En ese marco, un menor que acompañaba a una visitante fue exceptuado del body scanner, tal como lo establece el protocolo, y sometido a un control con detector manual de metales.
El dispositivo marcó señal en la zona pélvica, lo que despertó la atención de los agentes. Ante la consulta, la adulta responsable del menor reconoció la presencia de un elemento no autorizado y el objeto fue entregado de forma voluntaria, en presencia del personal penitenciario.
Dentro del envoltorio, los efectivos constataron la existencia de un teléfono celular Samsung color gris oscuro, tipo plegable, junto con siete microchips de telefonía móvil de la empresa Personal. Tras el hallazgo, se procedió al secuestro de los elementos y se labraron las actuaciones administrativas correspondientes, de acuerdo con el protocolo vigente.



