
La sexualidad, se sabe, no tiene límite de edad. En la adultez mayor, al igual que en cada etapa de la vida, está presente y se expresa con las particularidades de ese ciclo vital. Si bien la respuesta sexual puede cambiar a medida que pasan los años, ni ésta ni el deseo tienen por qué desaparecer.
Es por ello que los sexólogos reciben cada vez más consultas de adultos mayores que, en diferentes circunstancias, acuden a estos especialistas para hacer uso de su derecho al goce. Entre los temas más frecuentes pueden mencionarse la disfunción eréctil, la eyaculación precoz, la disminución del deseo y la dificultad para reiniciar la vida sexual tras enviudar o separarse,
Lucía Díaz, psicóloga y sexóloga, explicó a Clarín que a medida que la expectativa y la calidad de vida aumentan, la sexualidad en la tercera edad deja de ser un tema vergonzante para transformarse en una dimensión esencial del bienestar. “Los especialistas en sexología recibimos cada vez más consultas de adultos mayores que se animan a buscar acompañamiento profesional para comprender estos cambios”, aseguró.
Entre las consultas más comunes, mencionó:
1- Dificultades de erección, miedo al rendimiento y nuevas inseguridades corporales
Se trata de una de las inquietudes más habituales entre varones y parejas mayores, sostuvo Díaz. “Las dificultades para lograr o mantener la erección suelen combinarse con una fuerte presión por rendir, que muchas veces surge después de episodios previos de bajo desempeño”.
Dificultades de erección, una consulta frecuente. Foto ilustración Shutterstock.A eso, añadió, se suma la reaparición de inseguridades vinculadas al cuerpo—cambios físicos, cicatrices, pérdida de tonicidad, etc.—que impactan en la confianza sexual. “Esto se puede traducir en miedos vinculados al rendimiento donde no sólo aumenta la presión por cumplir sino que también lo hace la comparación entre el rendimiento sexual actual y el propio rendimiento en etapas previas de la vida”, explicó la especialista.
Los tratamientos, aclaró, se basan en abordajes integrales que incluyen salud vascular, manejo del estrés y la ansiedad, reconstrucción de la autoimagen y una redefinición del erotismo mas flexible y menos centrado en la performance.
2- Disminución del deseo sexual y cambios asociados a la medicación
La sexóloga destacó que la baja del deseo es una consulta frecuente en hombres y mujeres de la tercera edad. “Los especialistas ayudan a diferenciar causas hormonales y emocionales de factores externos, como medicamentos que afectan la excitación, la lubricación o la erección. Fármacos muy utilizados en la tercera edad —antihipertensivos, antidepresivos, ansiolíticos, agentes cardiovasculares, etc.— pueden modificar la respuesta sexual”, detalló.
En ese marco, agregó, el desafío suele estar en encontrar un equilibrio entre salud general, ajustes médicos posibles y estrategias para reactivar el interés y el placer.
3- Reinicio de la vida sexual tras enviudar o separarse
“Cada vez más personas mayores vuelven a tener nuevas parejas y se encuentran con dudas sobre expectativas, consentimiento, desempeño y hasta cómo expresar deseos después de décadas fuera del ‘mercado afectivo’. También aparecen la preocupación por la aceptación del propio cuerpo; la vergüenza; el miedo al rechazo o la creencia de que ‘ya esta edad ya no toca’”, todo lo cual impide conversar sobre necesidades o límites.
La baja del deseo es una consulta frecuente en hombres y mujeres de la tercera edad. Foto ilustración Shutterstock.En ese contexto, reiniciar la vida sexual implica también la posibilidad de comenzar una nueva ronda de primeras veces: primera vez de no tener una erección, primera vez de ser penetrada/o después de un largo tiempo sin deseo sexual o incluso después de la menopausia o de alguna operación traumática, detalló la especialista. “Cada uno de estos estrenos nos mantendrá activos, curiosos y con la excitación propia de lo novedoso; y es sobre esto que debemos trabajar en el espacio sexológico”, mencionó.
Sexo y adultos mayores: la causa detrás del síntoma
Para el psicólogo y sexólogo Federico Rinaldi, algunas de las consultas más frecuentes entre los adultos mayores van de la mano del dolor durante la penetración, la disfunción eréctil, la eyaculación precoz y la anorgasmia.
El especialista, miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (SASH) mencionó que las disfunciones sexuales suelen asociarse de manera intrínseca con los órganos genitales.
Con el paso de los años, los factores biológicos se vuelven cada vez más relevantes. Así, enumeró: el dolor durante la penetración, muchas veces con predominancia de causa orgánica, mediado por el ciclo vital relacionado con el climaterio y la menopausia. Los problemas eréctiles relacionados con algunos cambios producidos por los sistemas cardiovasculares o del sistema nervioso. La eyaculación rápida, en tanto, que seguramente viene desde hace algunas décadas, sin posibilidad de darle control a quien lo sufre sobre su propio placer.
Sin embargo, advirtió Rinaldi, es importante señalar otros problemas que suelen estar presentes en los adultos mayores:
- Problemas relacionados con vivir sólo.
- Ruptura familiar por separación o divorcio.
- Problemas relacionados con el entorno social.
Los factores biológicos se vuelven cada vez más relevantes, pero no son los únicos dentro de los trastornos sexuales. Foto ilustración Shutterstock.Si bien estos trastornos parecen no tener concordancia, advirtió el sexólogo (en Instagram, @federicobrinaldi), suelen ser las bases de los problemas que afectan la fisiología erótica. Aunque algunas de estas etiquetas diagnósticas pueden parecer ajenas a la consulta sexológica, muchas veces son parte de la causa del síntoma que representa la alteración de la respuesta sexual humana, explicó.
En esta etapa de la vida, dijo el especialista, es fundamental entender que “la sexualidad no desaparece: sólo muta. El cambio, cuando es acompañado de las ideas y el contexto adecuado, puede ser una oportunidad. El estancamiento en el pasado, al contrario, es un sendero hacia el padecimiento”.
En ese sentido, aseveró que la sexualidad es un aspecto central en la vida de todo ser humano, presente desde el nacimiento hasta el último de nuestros suspiros. “Está atravesada por factores biológicos, psicológicos y sociales. Y una afectación en un área influye en las demás”.
Según el psicólogo, “con el paso del tiempo, las pérdidas se vuelven inevitables y difíciles de procesar; aumentan los duelos y la soledad. Parte del sufrimiento en la vejez es natural y otra parte responde a cambios sociales que restan valor a lo que antes era apreciado. Tiempo y afectos se consideran todavía, pero ya no se valoran igual. En una edad donde la capacidad de adaptación se vuelve más compleja y con mayor necesidad de apoyo, muchas veces las impericias sociales nos hacen aún más difíciles los procesos de asimilación y acomodación”.
“El sexo puede adoptar muchas formas. Si deseamos mantener encendida esa llama, necesariamente tenemos que prestar atención al combustible que requiere”, concluyó.
La sexualidad está atravesada por factores biológicos, psicológicos y sociales. Foto ilustración Shutterstock.
6 casos concretos: de la disfunción eréctil al bajo deseo sexual
¿Quiénes y por qué acuden a una consulta sexológica en la adultez mayor? La psicóloga y sexóloga Diana Torres ejemplificó con 6 casos representativos dentro de este sector de la población:
1- Disfunción eréctil vinculada a la apertura de la pareja
Un paciente de 55 años, en pareja estable por más de dos décadas, consultó por la aparición de disfunción eréctil en todas sus situaciones sexuales. Durante el transcurso de la entrevista vemos que dentro de las causas, la pareja había iniciado un proceso de apertura consensuada del vínculo con el objetivo de incorporar nuevas experiencias.
No obstante, cuando la compañera avanzó en la interacción con un tercero, el paciente experimentó un aumento significativo en la inseguridad personal y en su desempeño sexual. Estos pensamientos de insuficiencia afectaron su capacidad eréctil, reforzando un ciclo de ansiedad y autopercepción negativa.
- Abordaje: la intervención terapéutica incluyó técnicas para abordar la ansiedad de desempeño, recursos para recuperar la percepción de control de la erección y herramientas de comunicación para la pareja. A partir de este proceso, ambos revisaron los límites del acuerdo y optaron por no continuar con la apertura del vínculo.
2- Disfunción eréctil específica y dificultades para expresar el bajo deseo
Un hombre de 72 años en pareja desde hacía más de 25 presentaba una disfunción eréctil limitada a los encuentros sexuales con su compañera (en momentos de autosatisfacción esto no le ocurría).
El paciente manifestaba un descenso del deseo sexual hacia ella, pero expresaba dificultades para comunicarlo. Esto generaba rumiación constante y anticipación negativa, afectando su capacidad de conexión erótica.
- Abordaje: el trabajo clínico se centró en identificar los mecanismos de la respuesta sexual, regular la ansiedad y reducir la anticipación desfavorable. En paralelo, se incorporaron estrategias en pareja orientadas a favorecer el erotismo y mejorar la experiencia sexual conjunta.
La ansiedad también es un factor determinante en la sexualidad. Foto ilustración Shutterstock.
3- Deseo sexual hipoactivo y dinámicas vinculares deterioradas
Una mujer de poco más de 50 años consultó por deseo sexual hipoactivo en el marco de una relación de más de una década. Su pareja presentaba, además, disfunción eréctil asociada a ansiedad de desempeño. Durante el proceso terapéutico se observaron dificultades en la intimidad emocional y en la resolución de conflictos, caracterizadas por la ausencia de espacios de vulnerabilidad y por interacciones de escalada.
- Abordaje: la intervención incluyó recursos para regular emociones, habilitar conversaciones íntimas y promover instancias de acercamiento afectivo. Sobre esa base, se trabajaron estrategias para abordar el deseo sexual y la ansiedad de desempeño dentro del vínculo.
4- Disfunción eréctil secundaria en contextos sin compromiso formal
Un hombre soltero de 62 años, con vínculos estables pero sin acuerdos de exclusividad, se presentó con disfunción eréctil. Durante la entrevista se observó que esto le ocurría debido a su deseo de agradar y de querer lograr la satisfacción en la otra persona.
Esta expectativa lo llevó a cargar con pensamientos catastróficos antes de los encuentros: “Tengo que demostrar que puedo o van a pensar mal de mí”.
- Abordaje: la terapia estuvo orientada a identificar esos pensamientos, trabajar creencias y mitos y desactivar el circuito de ansiedad, a partir de herramientas para su regulación.
Los abordajes dentro de la sexología son integrales, aseguran los especialistas. Foto ilustración Shutterstock.
5- Eyaculación precoz secundaria asociada a la búsqueda vincular
Un hombre soltero de 54 años con eyaculación precoz secundaria específica. El síntoma se manifestaba exclusivamente cuando los encuentros eran con personas por quienes tenía un interés afectivo significativo. En interacciones casuales sin expectativas de relación estable, la dificultad no aparecía.
- Abordaje: se centró en la reducción de la ansiedad anticipatoria, la identificación de creencias asociadas al desempeño y el fortalecimiento del componente erótico para promover una vivencia sexual más regulada y satisfactoria.
Dolor durante las relaciones sexuales y escasa lubricación, otra consulta frecuente. Foto ilustración Shutterstock.
6- Dolor coital y bajo deseo en una mujer de 58 años
Una mujer de 58 años consultó por dolor durante las relaciones sexuales y escasa lubricación, síntomas que derivaron progresivamente en una disminución del deseo sexual. La paciente refería que, ante la posibilidad de iniciar un encuentro íntimo, experimentaba ansiedad anticipatoria y una marcada desconexión con el momento presente, lo que inhibía el proceso de excitación y reforzaba el ciclo de malestar.
Este circuito —dolor, baja lubricación, ansiedad y bajo deseo— generaba evitación y un aumento de la presión interna respecto a los encuentros sexuales.
- Abordaje: se trabajó en la regulación de la ansiedad anticipatoria y en incorporar recursos que favorecieran la reconexión con el deseo y con las sensaciones corporales. A través de estrategias específicas para disminuir el temor anticipado y promover la excitación gradual, la paciente logró mejorar la respuesta sexual y disminuir el impacto del dolor en su vida íntima.
Lucía Díaz, Federico Rinaldi y Diana Torres forman parte del Equipo Psisyp – Sexualidad y Pareja. En Instagram, @sexualidadpareja.
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