El presidente de Democracy Earth Foundation contó cómo se encuentra el sector tecnológico en el país y qué rol estratégico tiene para el mundo.
Hay toda una movida ahí respecto de la blockchain, de los smart contracts, de la transparencia, de todo este inmutable, de los algoritmos, de las lógicas que funcionan y que hacen que todo funcione de una manera, sí o no. Y ahí se plantea, y vos desde Democracy Earth impulsaste también los votos y los tokens. Digo, contanos un poco de todo ese mundo, tanto para el que no conoce nada del tema.
Bueno, uno de los temas que siempre me interesó y que exploré a lo largo de mi carrera es esta idea de la democracia en la era de internet. Hace muchos años atrás en Buenos Aires hicimos el Partido de la Red, que era una iniciativa política diferente, disruptiva, de proponer candidatos a la legislatura que votaran todas las leyes de acuerdo a cómo la gente les dice por internet cómo quieren que voten. Eso en su momento no llegamos a meter al legislador, pero sí el software que usamos fue usado por movimientos activistas en todo el mundo, desde Hong Kong hasta Túnez, pasando por México, lo que te imagines.
Me he encontrado con activistas en todo el planeta. Ahí armamos Democracy Earth Foundation, una fundación en California que fue avalada por Y Combinator, un fondo de aceleración muy importante de los Estados Unidos. Y en los últimos años estuve involucrado en Proof of Humanity, que es un protocolo de verificación de humanidad en internet, donde yo implementé el contrato inteligente o la criptomoneda de un ingreso básico universal.
A cada humano que se verificaba le llegaba un stream de esta pequeña moneda digital, que fue uno de los experimentos más grandes a nivel mundial de ingreso básico, que tuvo un impacto muy grande en Sudamérica, en el sudeste asiático, y fue un experimento de gobernanza democrática. Hicimos una DAO, que era una persona, un voto, con delegación del voto, democracia líquida, y algunas ideas innovadoras en teoría de juegos que permitiesen una mejor gobernanza, con mayor legitimidad en las decisiones, y que empoderara a los usuarios. Y esto busca, de alguna manera, involucrar a la gente de forma más accesible, con todas las cuestiones referidas a las políticas y decisiones que se toman en cualquier sentido.
Estamos en una era donde la tecnología atraviesa prácticamente todo. Antes, cuando yo hacía columnas de tecnología en la radio, o los que nos dedicábamos a la tecnología, éramos una curiosidad, un suplemento extra probablemente en el diario, donde se hablaba del último teléfono de moda, y hoy mirás el juramento de Donald Trump en los Estados Unidos, y en primera fila están Mark Zuckerberg, Elon Musk, Jeff Bezos.
Claramente hoy la tecnología, y especialmente con la inteligencia artificial, tiene un componente geopolítico muy importante, porque hay una suerte de guerra fría entre China y Estados Unidos por la supremacía de la IA, y bueno, frente a eso, tratar de entender qué rol, qué lugar ocupa la Argentina en ese nuevo contexto mundial me parece cada vez más importante, y de ahí que explicar, divulgar, enseñar sobre tecnología se vuelve tan relevante.
Realmente es así, a lo que el común de la gente nos llegó, quizás inversiones de OpenAI. ¿Somos un punto estratégico, más allá de la economía del conocimiento y los talentos que pueda haber en Argentina, para impulsar este tipo de desarrollos?
Creo que Argentina tiene una combinación muy interesante de formación de capital humano por sus universidades públicas, un historial ya acumulado de generar unicornios tecnológicos relevantes y trascendentes, Mercado Libre siendo el más importante de la historia de Latinoamérica, pero también algunos casos muy interesantes como Aucero, por ejemplo, que es una empresa que tuvo el éxito más grande de la historia para la Argentina, que se vendió en 6.000 millones de dólares, que fue una empresa que hoy se hace esa autenticación para acceder a cualquier sitio web con tu correo electrónico, con tu Gmail, probablemente estás usando Aucero, entonces hay casos de innovación muy importantes que se han generado en el país. Obviamente el sector tecnológico, la economía del conocimiento está en tercero o cuarto lugar respecto al rol estratégico que tiene en el país, pero es un sector que viene creciendo sostenidamente hace 40 años, que no le impacta el cambio climático, no le impacta factores externos, que está incentivado a formar gente que sepa sumar, restar, leer y escribir, y bueno, claramente me parece que hay un diamante en bruto en nuestra sociedad que tiene que ver con el inmenso talento emprendedor y tecnológico que hay, que creo que puede contribuir a un mejor ambiente de nuestra economía en muchos aspectos de nuestra vida.
Hoy si tuvieras que emprender más allá de lo que ya haces, hoy caes en la tierra en Argentina desde cero, y con todas esas ideas en la cabeza, ¿en qué emprenderías?
Bueno, indudablemente hay un campo que la inteligencia artificial se roba hoy toda la conversación, están todas las miradas puestas ahí, indudablemente eso es un sustrato nuevo que nos permite repensar la forma en la que operan toda clase de sistemas, todo ahora tiene el potencial de conversar con nosotros y de interpretar nuestros deseos expresados de forma humana, lo cual es una innovación impresionante, el hecho de que desde ChatGPT en adelante podamos conversar con las máquinas y que éstas estén dotadas de tanta inteligencia, que la inteligencia se haya vuelto una suerte de commodity, algo a lo cual nos conectamos como nos conectamos a la energía.
E indudablemente desde Argentina me parece que tranquilamente podemos pensar innovación en esa materia, hay factores tal vez que todavía nos ponen desventajas, todavía no tenemos un gran data center para el entrenamiento de inteligencias artificiales, o no tenemos la capacidad de generar un modelo propio, pero bueno, no necesariamente tenemos que competir de igual a igual con China o con Estados Unidos, sino encontrar estratégicamente en qué áreas podemos contribuir nosotros que genuinamente aporten tecnología relevante en lo que es inteligencia artificial.
¿Qué parte del mundo puede ser comparable con Argentina donde ya esté funcionando un poco la blockchain metida en las instituciones y en las decisiones?
Un poco lo que nos pasa a los argentinos que estamos acostumbrados a buscar esa referencia afuera. En Japón lo hicieron así, en Australia funciona así, y la verdad es que justamente en cripto, por ejemplo, Argentina pica en punta, tiene más nivel de adopción que muchos de los otros países.
En América Latina somos número 1, 4 de cada 10 latinoamericanos de usuarios cripto son argentinos, 40% de la torta de usuarios latinoamericanos de cripto son argentinos. Argentina es número 1 en Latinoamérica en cantidad de usuarios per cápita, es número 4 a nivel mundial, junto a Filipinas, Turquía, otros países que también tuvieron alta inflación. Entonces lo que ocurre muchas veces es que cuando mirás qué países son la referencia en implementación cripto, particularmente en ese caso creo que Argentina pica en punta.
¿Qué miran entonces los otros países de Argentina?
Bueno, acá creo que lo que hubo es necesidad. Yo viví en España cinco años y en Estados Unidos otros cinco.
Ahí el que llega a cripto llega más por un camino de curiosidad intelectual y de búsqueda de oportunidad de inversión que por un camino de necesidad. En Argentina llegamos porque es una vía de escape en su momento cuando teníamos alta inflación, era una vía de escape muy real para poder atesorar dólares en un país que además te prohibía la compra de dólares. Entonces los criptodólares de repente fueron un salvavidas para mucha gente, el bitcoin fue un instrumento de reserva de valor para mucha gente, y creo que los sueldos, servicios, muchos programadores que cobraban afuera y podían traer la plata.
Cripto fue neta compradora de pesos en Argentina, fue más la plata que entró al país por cripto que la plata que salió del país por cripto. Y eso tiene que ver con, bueno, tal vez por las razones equivocadas, por la falta de las grandes fallas que tuvo la economía nuestra, es que generó un caldo de cultivo donde apareció una generación no solamente de usuarios sino también de programadores, de emprendedores que se dedicaron a innovar y a construir con esta nueva tecnología. Y Argentina hoy, por ejemplo, en programación tiene los mejores programadores de contratos inteligentes y de sistemas descentralizados del mundo.
¿Qué considerás que no estamos viendo, que deberíamos prestar atención, sobre todo los que están impulsando, los startups, los emprendedores, quizás organizaciones, corporaciones, gobiernos, si querés, que decís yo que estoy en tecnología, entiendo, soy hacedor de tecnología, veo que acá hay un desconocimiento, nos estamos perdiendo algo?
Creo que sería interesante para los gobiernos genuinamente tratar de entender cómo la inteligencia artificial puede ayudar a atender mejor a la ciudadanía, a captar los problemas que hay en la sociedad y poder llegar a soluciones que genuinamente a través del uso de IA busquen un consenso común y que sean satisfactorias para la mayor cantidad de ciudadanos, que contribuya a la investigación interna y poder detectar actos de corrupción o actos espurios dentro del gobierno para poder mejorar o transparentar los procesos de licitaciones públicas, por ejemplo. Hay un montón de lugares donde se puede hacer cosas.
Al final, todo eso depende de la voluntad política y bueno, ahí tiene esa voluntad política. Yo creo que va a ser más o menos digital. Probablemente, no siempre, hay grandes excepciones.
Uno de los tipos que más sabe tecnología de la Argentina, Mario Pergolini, no es necesariamente alguien joven, aunque Mario siempre tiene un espíritu joven. él es una excepción a su generación. Las nuevas generaciones que se vienen, que están conectados con la cultura del streaming, del gaming, del desarrollo de software.
¿Y qué le dirías a la gente que no es de tecnología?
Que no existe nadie que esté ajeno hoy en día a lo que es el impacto de la tecnología en nuestras vidas. La inteligencia artificial al volverse algo tan fácil de usar, como si sabés chatear, sabés usar una IA, claramente va a tener implicancias muy grandes.
Animarse a probarla, a usarla, a pensar proyectos incluso por fuera de la zona de confort de uno, porque muchas veces la IA te da capacidades, te da herramientas que por ahí de otra forma no podrías acceder. Y a mí, al menos, yo lo que veo con la IA es que pude hacer desde pequeños cortometrajes hasta música, hasta cosas divertidas para mis hijas. Y exploré facetas creativas que sin la IA no las hubiese podido explorar.
Escuchá el programa “Dimensión 5.0” todos los jueves a las 16:00 horas por www.larz.com.ar
—
