
El mate es la infusión más popular de Argentina y un clásico de los hogares del país. Según el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), cada argentino consume en promedio 6,4 kg de yerba al año, lo que equivale a unos 100 litros de mate por persona. Aunque esta bebida tiene numerosos beneficios, su consumo excesivo puede generar algunos problemas de salud.

Los nutricionistas coinciden en que la cantidad segura de mate depende de cada persona, su actividad física, edad y sensibilidad a la cafeína. En términos generales, se recomienda no superar uno o dos litros al día, aunque algunas guías sugieren entre 3 y 5 mates diarios. La especialista Carina Grivarello aclaró que si no existen problemas de sueño, gastritis u otros trastornos, y la persona se hidrata correctamente con agua, no hay necesidad de reducir el consumo.
Entre los beneficios, el mate puede ayudar a reducir el colesterol, la inflamación y el riesgo de enfermedades cardíacas, además de ser antioxidante y favorecer la pérdida de peso. Pero hay que tener precaución: un exceso prolongado puede causar insomnio, nerviosismo, aumento del ritmo cardíaco y malestar estomacal. En casos extremos, beber más de 1–2 litros diarios podría elevar el riesgo de ciertos tipos de cáncer, especialmente en personas que fuman o consumen alcohol.
El origen del mate se remonta a los pueblos guaraníes, que lo utilizaban como bebida, objeto de culto y moneda de cambio. Los jesuitas difundieron su cultivo y comercialización, y la infusión terminó siendo conocida como el té de los jesuitas. Su relevancia cultural es tal que en 2013 fue declarada oficialmente infusión nacional de Argentina mediante la Ley 26.871.

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