Reunión secreta Mauricio Macri-Luis Caputo, la tregua de Karina con El Pibe y mucha bronca con ARCA

Karina Milei y Santiago Caputo acordaron una tregua en su dura interna por espacios de poder. La información transita precisamente en el círculo rojo, donde se afirma que el pacto entre ambos es temporal, precario y atado con alambres.

Pero ambos aceptaron el armisticio por un pedido clave: una invitación a ambos del propio Javier Milei a deponer armas. Una señal de la tregua fue el escándalo de la SIDE. Se sabe que el ridículo accionar de los jefes de Inteligencia reeditó una de los Superagentes y sus personaje de ficción: Tiburón, Delfín y Mojarrita.

Ahí, Karina contuvo su ansia de poder para complacer a su hermano. Evitó avanzar sobre la SIDE y El Pibe pudo sostener el control sobre el organismo. Antes, Caputo Jr. amenazó a Milei con “correrse” si le sacaban la SIDE. También la tregua se concretó por una cuestión estratégica en Olivos: quieren abroquelarse frente al desafío en el Parlamento.

Primero, buscan explotar al máximo al “ejército de los Borocotó” que se acercaron a Milei. Son los radicales, PRO y hasta peronistas que buscan el calor de los cargos y el favorcito oficial.

Hasta la noche del miércoles, El Pibe y su archienemigo Martín Menem estuvieron negociando juntos con la CGT. Ambos confrontaron con la pureza dogmática de Federico Sturzenegger y Patricia Bullrich. El Coloso y la Pato tienen fobia a los sindicatos y no querían flexibilizar en nada la reforma laboral.

Se conoce que el armisticio es endeble y que tiene fisuras: Karina le sigue haciendo maldades a El Pibe. Y Peaky Blinders trata de contraatacar a la hermanísima. Pero es una guerra de guerrillas larvada. El Jefe no le perdona una cosa: para ella, los audios de Spagnuolo fueron fomentados por El Pibe para esconder a la mafia de Calvete, relacionado con el líder de las Fuerzas del Cielo. Ornella Calvete afirmó: “No me hagas ‘karinearte’ la comisión”.

En el círculo rojo dicen que marzo será clave. Karina quiere monopolizar –y así desplazar a El Pibe– la negociación para rearmar la Corte Suprema y meter los nuevos magistrados. Ya se habla de ampliar a siete los miembros de la Corte, para complacer a Cristina y los gobernadores.

La necesidad de dólares

La cuestión se habría tratado en un encuentro secreto entre Mauricio Macri y Toto Caputo. Fue súper hermético y en el Newman Club.

Mauricio fue muy crítico del armado político de Milei y su hermana. Volvió a decir que no había profesionalismo en la Casa Rosada y que eso iba a perjudicar al final la economía. Cuestionó al nuevo Gabinete. Macri insistió en que a pesar de la actual euforia, las cosas se le iban a complicar a Milei.

Toto escuchó. Sólo habló del impacto que tienen en la estabilidad las peleas de poder. Ambos también hablaron de un viejo conocido: el ministro expresó taxativamente su inquietud por lo que consideró excesivas promesas que el Colo Santilli les hace a los gobernadores. Sucede que Toto está contando las monedas, porque la situación fiscal no está como se prometió en el acuerdo al FMI. ¿Se pedirán dos waiver o sólo uno? Falta para cumplir las metas. Se conoce que tendrá que pedir un waiver por la debilidad en las reservas y no quiere agregar otro waiver por incumplimiento de la meta fiscal.

Sin dudas, el FMI al final va a aprobar esos perdones. Hay una orden política de Donald Trump. Pero sería una mala señal para Wall Street. El staff que dirige Nigel Chalk está en conexión con los auditores del Tesoro.

La cuestión fiscal llevó a un frontal, pero silencioso, enfrentamiento con las grandes holding inversores en Argentina.

El ARCA les reclama a un conjunto de 20 firmas la friolera de US$ 3.000 millones. Para eso hace una manipulación y bloqueó la actualización de quebrantos tributarios. En ARCA pretenden un absurdo: que las firmas paguen impuestos a las Ganancias ficticios. La propuesta castiga, raro en el relato de Milei, esencialmente a los principales inversores de Argentina. Hay un informe en la UIA, demoledor contra Economía, el ARCA y la DGI. Lo redactó el empresario Carlos Abeledo: es una confiscación.

La esotérica idea la propició Carlos Guberman. El secretario de Hacienda avaló la propuesta que propició Claudia Balestrini, la subsecretaria de Ingresos Públicos. A la dupla se subió el cuestionado Juan Pazo. El trío le había prometido a Toto un ingreso adicional para cumplir con el FMI. Y Toto está rascando el fondo de la olla.

La exigencia provocó un rechazo terminante de compañías petroleras, energéticas, siderúrgicas y grandes bancos. Amenazaron con denunciar el atropello en la Justicia.

Pero ahora se complicó porque la DGI, conducida por Andrés Vázquez, amenazó con iniciar acciones penales contra los empresarios: ya estarían listos para denunciar a Petroquímica Comodoro Rivadavia.

Encima, utilizan una polémica instrucción para justificar los reclamos. Horacio Marín, el promocionado CEO de YPF, decidió acatar una orden política de Economía: YPF es la única firma que se alineó con el ARCA y admitió una friolera de deuda. El escándalo refleja las necesidades que tiene la economía.

Toto volvió a colocar deuda doméstica, pero a una tasa alta. No fue una colocación internacional, con jurisdicción de Manhattan, como el marketing del Gobierno intentó instalar. Pero estuvo buena la movida. Encima, pagó una tasa superior a las que abonaron Jorge Macri en CABA y Maxi Pullaro en Santa Fe.

Eso ocurrió a pesar de los anabólicos que Economía les dio a bancos y compañías de seguro para suscribir el bono. No fue el debut deseado de Alejandro Lew como secretario de Finanzas.

Wall Street no participó porque está enrarecida la negociación del préstamo para garantizar cancelación de deudas. Discuten US$ 5.000 millones.

Toto tiene un problema con las garantías y también enfrenta a una discusión de fondo. Los lobos de Wall Street adhieren a la teoría de los burócratas del FMI: que Argentina primero debe acumular reservas, para bajar el riesgo país, y recién al final volver a endeudarse. En cambio, Toto quiere transitar el camino inverso: endeudarse para subir las reservas del BCRA. Clarín ya anticipó que la diferencia es sensible: la propuesta de Wall Street y el FMI implica ubicar el billete en $ 1.700.

Caputo contraatacó: “Están locos”. El ministro maniobra en un terreno fangoso. Este jueves la inflación tocó el 2,5 %, y desde mayo tiene tendencia alcista. Ya se nota que tiene fallas la receta monetaria de Milei como único instrumento antiinflacionario. Javo fracasó con su pronóstico: prometió para agosto pasado una inflación cero.

fuente: CLARIN

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