Rescatan más de 450 animales en “condiciones espantosas”: vivían hacinados entre el hedor y sus heces

Un granjero de Nottinghamshire, Inglaterra, fue condenado a 12 meses de cárcel y se le prohibió de por vida tener animales, después de que más de 450 animales descuidados fueran rescatados de su granja por la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (RSPCA).

Lee Hayes, residente de Croftfield Farm, Dawgates Lane, Skegby, cerca de Sutton-in-Ashfield, se declaró culpable de 25 delitos bajo la Ley de Bienestar Animal de 2006. Fue sentenciado en el Tribunal de Magistrados de Mansfield el jueves 18 de septiembre.

La jueza de distrito Grace Leong calificó la evidencia de la negligencia “deliberada y sostenida” de Hayes como “desgarradora”. El rescate a gran escala, conocido como Operación Teal, tuvo lugar el 1 de noviembre de 2023, cuando oficiales de la RSPCA, junto con la Policía de Nottinghamshire, ejecutaron una orden judicial.

Los oficiales descubrieron animales de 19 especies diferentes, entre equinos, animales de granja, exóticos, perros y pequeñas mascotas. Vivían en “condiciones espantosas”. Prácticamente, todos los animales no habían recibido atención veterinaria, y varios tuvieron que ser sacrificados para poner fin a su sufrimiento.

En total, se incautaron 455 animales, incluyendo aproximadamente 70 caballos y burros, más de 50 perros y cachorros, y más de 170 cobayos, según informó la RSPCA en un comunicado.

La jueza Leong señaló que Hayes ignoró las advertencias previas para mejorar el bienestar animal, incluidas las del personal de The Donkey Sanctuary, que había visitado la granja en 2016, así como las de la RSPCA.

Operación Teal: RSPCA lidera rescate masivo de animales en granja inglesa

Al llegar, la RSPCA y la policía encontraron que los animales seguían viviendo en condiciones deplorables. Las condiciones incluían alojamiento insalubre y superpoblado.

Entre los hallazgos más graves se encontraban más de 40 perros en perreras dentro de un establo oscurecido, y cinco estaban atados a perreras exteriores sin ropa de cama. Un pastor alemán anciano, atado a una pequeña perrera, fue encontrado con artritis y tuvo que ser sacrificado. Hayes admitió que esperaba que el perro “muriera ese invierno”. Se encontraron cachorros cubiertos de heces y con quemaduras de orina.

Los burros y caballos sufrían de pezuñas podridas, sin atención veterinaria ni de herrador. Más de la mitad de los 59 equinos incautados tenían una condición corporal deficiente. Un burro estaba tan rengo que fue sacrificado. Siete burros con problemas crónicos en las pezuñas ahora están bajo el cuidado a largo plazo de The Donkey Sanctuary. Los pisos de los establos estaban llenos de heces.

Las cabras tenían pezuñas demasiado crecidas. Se encontraron gatos con pulgas y gripe felina, y cinco gatitos con gripe felina estaban en la parte trasera de una camioneta. Ratones, ardillas pigmeas y hámsteres estaban en jaulas superpobladas dentro de la casa de la granja. Un loro gris del Congo se arrancó la mitad de sus plumas debido al estrés. También se encontraron vacas cojas y emaciadas, así como aves y patitos con cuerpos y patas manchadas de heces.

El fiscal de la RSPCA, Phil Brown, detalló que los animales se encontraban en cobertizos, establos, anexos y jaulas inmundas y superpobladas.

Lee Hayes, de 50 años, recibió una sentencia de cárcel de 12 meses. También se le ordenó pagar a la RSPCA 664.650 libras esterlinas en costos (890.737 dólares estadounidenses), que la organización buscará recuperar en el Tribunal Superior, y una tasa de recargo para las víctimas de 187 libras esterlinas (250 dólares estadounidenses).

La jueza emitió una orden de privación para los aproximadamente 200 animales restantes en la granja, requiriendo que Hayes los realoje en un plazo de seis semanas. Hayes afirmó en su defensa que la situación en la granja “se había descontrolado un poco” y que se sintió “abrumado”, ya que adquiría animales de personas que sabían que él los aceptaría.

La novia de Hayes, Tammy Heath, de 33 años, también se declaró culpable de dos delitos de bienestar animal relacionados con la incapacidad de satisfacer las necesidades de dos perros. Ella recibió una sentencia de cárcel de 13 semanas, suspendida por 12 meses, y una prohibición de cinco años para tener caninos.

Además, debe completar 200 horas de trabajo no remunerado y pagar 2.000 libras esterlinas en costos, es decir, 2.680 dólares estadounidenses.

La inspectora de la RSPCA Laura Baker, quien dirigió la operación, describió las condiciones como “absolutamente espantosas”. El olor a estiércol era impactante al entrar, y la gran cantidad de animales en circunstancias terribles era abrumadora.

Baker enfatizó que la falta de atención veterinaria demostró el desprecio total de Hayes por el bienestar animal, ya que muchas de las condiciones padecidas por los perros eran fácilmente tratables.

Tras ser rescatados, los animales recibieron un chequeo médico sistemático y fueron trasladados a alojamientos seguros, donde muchos se recuperaron. La RSPCA y sus socios de caridad realojaron a muchos de estos animales para que puedan disfrutar de una vida mejor.

Hannah Bryer, jefa de dienestar de GB en The Donkey Sanctuary, comentó que el caso es “un triste recordatorio del sufrimiento que soportan los burros cuando no reciben el cuidado que necesitan”. Nic de Brauwere, veterinario de Redwings Horse Sanctuary, calificó los dos días de trabajo como “muy desafiantes” y se mostró satisfecho de que los equinos se dirigieran a “un futuro mucho más prometedor”.