
La reforma laboral 2025 que impulsa el Gobierno nacional promete cambiar la forma en que se negocian los sueldos en Argentina. Con el argumento de “modernizar el mercado laboral”, el proyecto propone reemplazar los esquemas tradicionales por un sistema basado en la productividad de cada empleado.
Según explicó el secretario de Trabajo, Julio Cordero, el objetivo es actualizar los convenios colectivos y permitir que cada empresa establezca salarios que premien el rendimiento individual.
“El salario no tiene por qué estar atado a la inflación, sino al desempeño”, sostuvo el funcionario.
Sin embargo, los gremios advierten que la medida podría derivar en una flexibilización encubierta.
“Con este modelo, el riesgo económico se traslada del empleador al empleado”, alertaron fuentes sindicales consultadas por Infogremiales.
El sistema de “salarios dinámicos” busca fijar una exigencia mínima con base en “la empresa más desfavorecida de la zona más desfavorecida del país”, lo que podría reducir los pisos salariales y dejar la negociación en manos de cada firma.
Para los sindicatos, esto significaría debilitar las paritarias y fomentar la desigualdad entre trabajadores dentro de una misma empresa, ya que los aumentos dependerían de evaluaciones subjetivas o criterios empresariales.
Mientras el Gobierno sostiene que el cambio reducirá costos y fomentará el empleo formal, las organizaciones laborales temen que se repita un modelo que “nivela hacia abajo los derechos y los sueldos” en un contexto económico ya marcado por la incertidumbre.
