
A casi 11 años del femicidio de Andrea Castana, ocurrido el 11 de marzo de 2015 en el Cerro de la Cruz, el caso vuelve a convertirse en un símbolo de los delitos que avanzan hacia la prescripción sin haber logrado identificar a sus responsables.
Los padres de la joven, Luis Castana y Alicia Villafañe, expresaron nuevamente su preocupación ante el paso del tiempo y el plazo límite que establece el Código Penal, que fija en 15 años el período de prescripción para homicidios.
En diálogo con La Voz, manifestaron que temen que, aun si se lograra identificar al autor del crimen, el proceso judicial quede sin efecto por la expiración del plazo.
El reclamo cobró mayor fuerza tras el reciente antecedente del caso de Nora Dalmasso, en Río Cuarto, donde la Justicia determinó que ya no es posible una sanción penal debido a la prescripción, pese a que la investigación logró acercarse al presunto autor casi dos décadas después del hecho.
“Cuando escuché lo del caso de Nora Dalmasso, la verdad es que me pegó en el hígado”, dijo Luis Castana a La Voz, alertando sobre el riesgo de que la historia se repita.
Un proyecto que busca modificar la ley
El tema llegó nuevamente al Congreso: semanas atrás, el diputado nacional Martín Maquieyra (PRO) presentó un proyecto para modificar el artículo 62 del Código Penal, proponiendo que los femicidios y otros delitos de extrema gravedad sean declarados imprescriptibles.
El legislador señaló a La Voz que el caso Dalmasso impulsó la iniciativa y que la prescripción, tal como está prevista hoy, debería revisarse para crímenes que “ameritan que no tengan fecha de vencimiento”. El proyecto ya fue ingresado y espera ser debatido el próximo año.
El caso Castana: una investigación que sigue abierta
Andrea Castana fue asesinada mientras caminaba por el Cerro de la Cruz. Su cuerpo fue hallado dos días después, el 13 de marzo. Desde entonces, la causa ha tenido avances intermitentes: la línea investigativa se reactivó en 2022, cuando se compararon muestras de ADN con abusos ocurridos en el mismo sector entre 2004 y 2005, lo que permitió detectar coincidencias genéticas.
El trabajo se complementó con el apoyo del FBI, que incorporó parte del material genético a bases de datos genealógicas internacionales utilizadas para resolver cold cases. A la fecha se tomaron más de 650 muestras de ADN, pero aún no se identificó al agresor.
Mientras la investigación continúa, la familia Castana insiste en que la discusión legislativa es urgente. “Una ley que diga que los femicidios no prescriben”, reclamó Luis en La Voz.
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