Qué son las depresiones tropicales

En el origen de los ciclones, huracanes y tifones están las depresiones tropicales, un fenómeno de baja presión, que se forma en aguas cálidas y que se distingue por vientos bastante fuertes.

Estas depresiones ocurren sobre aguas que superan los 26 5º C y su energía proviene de la evaporación del océano. Entonces, comienzan a soplar vientos de unos 62 km/h. Si esta estructura aumenta en intensidad, puede transformarse en una tormenta tropical y, luego, en un huracán, en el que los vientos pueden superar los 200 km/h en sus escalas más altas.

De esta manera, resulta fundamental para los meteorólogos advertir de la formación de una depresión tropical, ya que puede ser la “semilla” de situaciones que comprometan la seguridad de personas e infraestructuras.

El papel del calor y la humedad de los océanos es fundamental para la evolución de estas depresiones. Dos parámetros que la meteorología moderna tiene muy en cuenta para ordenar evacuaciones y la adopción de medidas de emergencia.

Aguas cálidas y mucha humedad

Furia del mar en Gold Coast, Queensland, Australia, mientras se acercaba el violento ciclón Oma en febrero de 2019. EFE / Dave Hunt.Furia del mar en Gold Coast, Queensland, Australia, mientras se acercaba el violento ciclón Oma en febrero de 2019. EFE / Dave Hunt.

Todo comienza con una onda tropical, o vaguada. La presencia de aguas cálidas y una atmósfera húmeda favorece la evaporación y la convección, lo que genera áreas de baja presión que, con rotación suficiente, empiezan a organizarse en un sistema ciclónico, explica el sitio del National Weather Service.

Entonces, para que se forme una depresión tropical son necesarios ciertos factores.

Las aguas oceánicas por encima de los 26 5° C, porque proporcionan la energía calorífica necesaria para su desarrollo.

Espectacular foto satelital de la NASA en 2004 mostrando el crecimiento del huracán Isabel que suele azotar el este de Estados Unidos. Espectacular foto satelital de la NASA en 2004 mostrando el crecimiento del huracán Isabel que suele azotar el este de Estados Unidos.

Además, la baja “cizalladura” del viento es fundamental: si la velocidad del viento varía mucho con la altura, puede alterar el flujo organizado necesario para el desarrollo de las nubes. El aire húmedo también es importante, ya que contribuye a la formación de nubes y a la liberación de calor latente, explica el sitio Weather Events Explained (WEE).

Impacto sobre las poblaciones vulnerables

Llagan, Isabela, norte de Filipinas. En noviembre de 2024. El tifón Torajii (conocido localmente como Nika), bloquea carreteras e inunca la ciudad mientras los residentes intentan escapar de la inundación. (2025. World Press Photo.) Llagan, Isabela, norte de Filipinas. En noviembre de 2024. El tifón Torajii (conocido localmente como Nika), bloquea carreteras e inunca la ciudad mientras los residentes intentan escapar de la inundación. (2025. World Press Photo.)

Las depresiones tropicales pueden parecer menos peligrosas porque producen lluvias persistentes, con baja presión atmosférica.

Sin embargo, su impacto puede ser significativo, en especial en áreas vulnerables, como zonas rurales y comunidades indígenas, donde las lluvias intensas pueden ocasionar inundaciones y deslizamientos de tierra.

Vista de un barco en la isla Watson tras el paso del huracán Irma en Miami, Florida (Estados Unidos) hoy, 11 de septiembre de 2017./ EFE/ Erik S. Lesser. Vista de un barco en la isla Watson tras el paso del huracán Irma en Miami, Florida (Estados Unidos) hoy, 11 de septiembre de 2017./ EFE/ Erik S. Lesser.

Por ejemplo, en Guatemala, las depresiones tropicales Eta y Lota causaron desastres con lluvias torrenciales, causando considerables daños económicos equivalentes al 0,1% del PIB, además de afectar a la población en situación de pobreza.

Un artículo de El Español destaca que “el incremento de la temperatura del océano debido al cambio climático aumenta la probabilidad de formación y la intensidad de las depresiones tropicales, además de que estas pueden generar condiciones peligrosas como lluvias intensas, marejadas y vientos fuertes que afectan la infraestructura y la seguridad de millones de personas”.

Bogalay, Myanmar. Catástrofe natural con casas destruidas y gente a la interperie comenzada con depresiones tropicales./ AFP. Bogalay, Myanmar. Catástrofe natural con casas destruidas y gente a la interperie comenzada con depresiones tropicales./ AFP.

La preparación para estas emergencias implica monitorear las alertas de meteorología, especialmente en regiones costeras, y tener planes de evacuación y refugios adecuados.

“La tecnología satelital ofrece una visión amplia de las depresiones tropicales y sus entornos. Los satélites geoestacionarios permanecen fijos sobre áreas específicas, proporcionando datos continuos. Esto ayuda a los meteorólogos a observar los patrones de nubes, los cambios de temperatura y la velocidad del viento”, agrega WEE.

Autos dados vuelta y destrozados en Carolina del Norte tras el paso del huracán Helene. Foto: Paula LugonesAutos dados vuelta y destrozados en Carolina del Norte tras el paso del huracán Helene. Foto: Paula Lugones

Los satélites también capturan imágenes infrarrojas y de luz visible, lo que facilita la identificación de la estructura de las tormentas. Modelos como el Sistema Global de Predicción (GFS) utilizan estos datos satelitales para predecir el comportamiento de las tormentas.

La eficacia de los pronósticos de ciclones tropicales mejora considerablemente gracias a esta tecnología, lo que permite emitir alertas oportunas ante posibles amenazas.

fuente: CLARIN

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