Memento Mori es unade las frases más citadas a lo largo de la historia. En la Antigua Roma, durante los desfiles de los generales que habían ganado batallas, se repetía a modo de consejo y advertencia. Ahora, la filosofía estoica contemporánea le otorga distintas interpretaciones.
El sitio Historia y Arte señala que era común que, durante los desfiles triunfales de los generales en su retorno a Roma, un esclavo le susurrara constantemente al oído Respice post te, hominem te esse memento (“Mira detrás de ti, recuerda que eres un hombre”). Esta frase servía para recordarle al general que, aunque en ese momento era adorado por las multitudes romanas, la vida es efímera y tarde o temprano caería en el olvido como el resto de los hombres.
Los estoicos tomaron la frase y la interpretaron como una máxima para poner en perspectiva lo que realmente importaba. El emperador Marco Aurelio escribió: “No actúes como si fueras a vivir diez mil años. La muerte está sobre ti; mientras vivas, mientras sea posible, sé bueno”.
Siglos después, en el cristianismo, la frase adoptó nuevos matices. En general, recordar la muerte sirve para preparar el alma y orientar la vida hacia la salvación y la transformación espiritual. Las meditaciones sobre la muerte buscan favorecer la caridad y la humildad, y entender la existencia presente como camino hacia una plenitud.
Qué significa “Memento Mori”: la frase latina sobre la finitud de la vida
El estoicismo tiene una visión particular sobre la muerte y no la considera una fatalidad. Según los estoicos, lo único que necesitamos para ser felices es la virtud. Esta se consideraba como un bien indispensable y supremo.
De esta manera, para los seguidores de la escuela iniciada por Zenón de Citio, las virtudes son el único factor que determina la felicidad. “El supuesto que se encuentra detrás de esto es que solo tenemos control sobre nuestras propias acciones y pensamientos”, tal como afirmaba Epícteto.
El estoicismo fue uno de los movimientos filosóficos más célebres y actualmente ha vuelto a cobrar protagonismo. Foto: Pexels.Precisamente, Epícteto dice que el miedo a la muerte proviene de una representación equivocada de la realidad, porque considera que este temor irracional es producto de opiniones personales. Así, culpa al propio individuo sobre estas emociones incorrectas, ya que provienen de nosotros mismos y de nadie más.
Si creemos que la muerte es terrible, sufriremos y padeceremos cada vez que pensamos en ella. Así, generamos sentimientos erróneos sobre algo que en sí mismo no es ni bueno ni malo, simplemente es.
La máxima “Memento mori” y sus implicaciones modernas
- Vida consciente y prioridades. En libros de autoayuda y en el estoicismo moderno, la frase funciona como una invitación para replantear prioridades y distinguir lo esencial (la salud, el propósito) de lo accesorio (el consumo, el estatus y las distracciones). Esta conciencia de la muerte actúa como criterio para tomar decisiones más alineadas con valores profundos.
- Impulso a la acción. Aceptar la propia mortalidad puede ser un motor para actuar ahora. Por ejemplo, emprender proyectos postergados, cambiar de carrera, salir de relaciones dañinas o iniciar procesos creativos. La idea es que, sabiendo que el tiempo es finito, se gana valentía para asumir riesgos en favor de nuestros propósitos.
- Humildad y ética. El concepto también se interpreta como antídoto contra la soberbia —como ocurría en la Antigua Roma— porque recuerda que nadie escapa a la muerte.
- Cultura digital, arte y consumo. La frase ahora aparece en redes sociales, tatuajes, joyería, ilustración, cine y moda, muchas veces ligada a mensajes como “vive el momento” o reflexiones sobre el duelo y la memoria.
