
Los cálculos renales, también llamados nefrolitiasis o urolitiasis, son depósitos duros de minerales y sales que se forman dentro de los riñones. Son “piedras” que surgen cuando ciertas sustancias en la orina (calcio, oxalato o ácido úrico), se concentran y comienzan a cristalizarse. Con el tiempo, se agrupan y forman los cálculos que pueden variar en tamaño, desde pocos milímetros hasta llenar el riñón.
El dolor asociado a un cálculo renal puede ser muy intenso y suele aparecer de forma repentina cuando la piedra se mueve dentro del riñón o pasa a los conductos que llevan la orina a la vejiga. Además del dolor, muchas personas presentan malestar general, cambios en la orina y síntomas digestivos, aunque la intensidad y la combinación de signos varía de un paciente a otro.
Más allá del dolor, los cálculos renales pueden tener complicaciones graves si no se tratan a tiempo. Pueden causar infecciones, daño renal e incluso aumentar el riesgo de hipertensión y problemas cardiovasculares a largo plazo. Por eso es importante reconocer los síntomas y buscar atención médica de inmediato.
Cuáles son los síntomas de los cálculos renales
Los cálculos renales generalmente no causan síntomas hasta que comienzan a moverse por el riñón o pasan a los uréteres, que conectan los riñones con la vejiga. Cuando sucede, el dolor aparece de forma repentina e intensidad variada, generalmente en oleadas repetidas. Muchos lo describen como un dolor punzante en la espalda o los costados, que se desplaza hacia la parte baja del abdomen y la ingle.

Además del dolor, los cálculos renales pueden generar otros síntomas que ayudan a detectarlos a tiempo. Entre los más frecuentes se destacan:
- Dolor intenso en los costados, espalda o debajo de las costillas
- Dolor que se trasladas hacia el abdomen inferior y la ingle
- Dolor en oleadas que aumenta y disminuye en intensidad
- Ardor o dolor al orinar
- Orina de color rosa, rojo o marrón, turbia o con olor fuerte
- Necesidad frecuente de orinar o solo expulsar pequeñas cantidades
- Náuseas y vómitos
- Fiebre y escalofríos si hay infección asociada
Principales causas de los cálculos renales
Los cálculos renales se forman cuando la orina contiene un exceso de minerales y sustancias que tienden a cristalizarse, como calcio, oxalato o ácido úrico. Esta acumulación puede deberse a distintos factores y no siempre se identifica una causa única.

Entre los principales factores de riesgo están la deshidratación, que concentra la orina, y ciertos hábitos alimentarios, como el fuerte consumo de sodio, proteínas animales o alimentos ricos en oxalato (espinaca, chocolate, frutos secos, ruibarbo).
Además, algunas condiciones médicas, como infecciones urinarias recurrentes, enfermedad inflamatoria intestinal o problemas de absorción de minerales, también favorecen la formación de cálculos.
Otros factores incluyen la obesidad, la predisposición genética que puede generar hipercalciuria o hiperoxaluria, y algunos remedios o suplementos que incrementan la probabilidad de desarrollar piedras. Adoptar hábitos de vida saludables y controlar estos factores ayuda a reducir el riesgo.
Los cálculos renales pueden deberse a factores relacionados con la dieta, la hidratación, condiciones médicas previas o predisposición genética. Aunque no siempre se puede identificar una causa única, ciertos hábitos y condiciones incrementan el riesgo de desarrollarlos.

Prevenir la aparición de cálculos renales implica adoptar medidas simples pero efectivas, que ayudan a mantener la orina diluida y equilibrar los niveles de minerales en el organismo. Una combinación de hidratación inteligente y adecuada, alimentación equilibrada y control de factores de riesgo puede reducir significativamente la probabilidad de que se formen nuevas piedras.
Factores que favorecen la formación de cálculos y medidas preventivas:
- Deshidratación: la falta de líquidos concentra la orina y facilita la cristalización. Beber suficiente agua a diario ayuda a diluir los minerales
- Alimentación rica en sodio y proteínas animales: un exceso puede aumentar el riesgo de cálculos; moderar su consumo es recomendable
- Alimentos con alto contenido de oxalato: espinaca, chocolate, frutos secos y ruibarbo pueden contribuir a la formación de piedras en personas predispuestas
- Obesidad y sobrepeso: mantener un peso saludable disminuye el riesgo
- Factores genéticos: algunas personas presentan hipercalciuria o hiperoxaluria, condiciones que favorecen la formación de piedras
- Condiciones médicas: infecciones urinarias recurrentes, enfermedad inflamatoria intestinal o problemas de absorción mineral aumentan el riesgo
- Remedios y suplementos: ciertos fármacos pueden favorecer la formación de cálculos; siempre consultar con el médico
Cuándo consultar a un médico
Es fundamental buscar atención médica ante cualquier síntoma preocupante. Se debe consultar de inmediato si el dolor es tan intenso que no permite estar quieto, si hay vómitos, fiebre, escalofríos, sangre en la orina o dificultades para orinar.
Incluso si los síntomas son leves, un control médico puede ayudar a detectar cálculos antes de que provoquen complicaciones. Un diagnóstico temprano permite un tratamiento más sencillo y reduce el riesgo de daño a los riñones o de cirugía urgente.
La prevención y la detección temprana son la mejor manera de cuidar la salud renal. Mantener hábitos saludables y prestar atención a los signos de alerta puede marcar la diferencia entre un episodio doloroso aislado y problemas renales recurrentes.
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