Presiones de la CGT y del kirchnerismo por el aumento de suma fija que prometió Massa

El sindicalismo esperaba que Sergio Massa anunciara este viernes medidas para favorecer a los trabajadores, como una forma de amortiguar los efectos de la devaluación y darle un envión a la campaña del oficialismo, pero el ministro de Economía finalmente no dijo nada sobre el tema.

Era tanta la certeza que existía sobre los anuncios que fueron anticipados erróneamente por Alberto Fernández y por Agustín Rossi, el jefe de Gabinete y candidato a vicepresidente de Unión por la Patria.

Sin embargo, las mejoras están trabadas porque el Gobierno analiza el costo que le demandarán algunos incrementos que se otorgarían y, además, la CGT reclama que el aumento de suma fija que se proyecta para compensar los salarios no interfiera en las negociaciones de los sindicatos en las paritarias.

Se suman, además, las presiones del kirchnerismo para que los incrementos alcancen a todos los trabajadores y beneficiarios de planes sociales y que no sean menores a los $75.000.

Massa evalúa una suma fija para trabajadores formales, que contempla a los de menores ingresos que cobran las asignaciones familiares, además de un bono para jubilados y pensionados y un aumento a quienes perciben la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la tarjeta Alimentar.

La CGT espera con ansiedad los anuncios para retomar formalmente la campaña en favor de Massa luego de que quedó tercero en las PASO detrás de Javier Milei y Juntos por el Cambio. Con el auxilio salarial que representa una suma fija, la expectativa sindical es que permita cubrir el fuerte impacto de la devaluación en los sueldos como consecuencia del aumento en los niveles inflacionarios. “Así como estamos, el único que está sacando provecho de la situación de los trabajadores es (Javier) Milei”, se quejó un sindicalista que milita por la candidatura de Massa, pero exige una rápida reacción oficial.

La crítica situación en la que quedaron los salarios motivó una oleada de pedidos de reapertura de las paritarias por parte de sindicatos como Camioneros, Comercio, bancarios y Alimentación, entre otros, mientras se activan los reclamos de los gremios estatales como UPCN y ATE y de los docentes, que lo llevan adelante algunos dirigentes como Sergio Romero, de la UDA, quien apura las negociaciones con el Gobierno de un aumento en los sueldos de los maestros para la semana que viene.

Mientras, la CGT, a partir del monitoreo de su secretario de Relaciones Internacionales, Gerardo Martínez, procura que la suma fija que proyecta Massa se incorpore en las tratativas de empresarios y sindicalistas como un refuerzo o anticipo a cuenta de futuras negociaciones. La idea es evitar que el monto sugerido por el Gobierno termine “achatando las categorías salariales” del sector privado.

Los dirigentes gremiales descuentan que, entre los anuncios, Massa anunciará una suma fija de alrededor de entre $45.000 y $50.000 para los beneficiarios de planes sociales y para los trabajadores del sector privado con menores ingresos que cobran asignaciones familiares (unas 2 millones de personas).

En este último caso, para facilitarles el pago a los empleadores se analiza una compensación del Estado en materia de cargas sociales. Esa cifra servirá de referencia para que, en su carácter de aumento no remunerativo y por única vez, se negocie en las paritarias de cada sector.

La CGT insiste en que el Ministerio de Economía trate de garantizar “un piso de protección” para quienes cobran los sueldos más bajos y hace gestiones sin que trasciendan con Massa y con la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, pero públicamente se mantiene prácticamente en silencio pese a los efectos que ocasiona en los salarios la devaluación dispuesta por el Gobierno luego de las PASO.

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