
Julieta Prandi y Claudio Contardi comenzaron su relación a fines de los 2000. En 2009 formalizaron el vínculo y en 2010 anunciaron con alegría su primer embarazo. Mateo nació en enero de 2011 y, meses más tarde, decidieron casarse. En 2012 celebraron una boda religiosa, y en 2015 nació su segundo hijo, Rocco. Desde afuera, todo parecía un cuento de hadas.
Pero con el tiempo, la felicidad se transformó en una pesadilla. Hoy, Julieta enfrenta una durísima separación y un proceso judicial donde relata episodios de violencia extrema y control absoluto.

“Me anestesió en vida”
En una declaración de más de dos horas, Prandi detalló cómo su exmarido ejercía un dominio total sobre ella. Contó que Contardi la llevaba al trabajo, controlaba cuánto tiempo permanecía allí, la iba a buscar, no la dejaba sola, y la obligaba a cambiar su número de teléfono o directamente le quitaba el celular para aislarla completamente.
“Yo ya estaba anestesiada en vida. Me daba todo lo mismo, si me mataba me hacía un favor”, dijo con crudeza. También confesó que accedía a tener relaciones sexuales por miedo: “Sentía que me iba a matar si no tenía relaciones”.
Violencia física, psicológica y aislamiento total
Julieta relató que su ex la tomaba del cuello para obligarla a hacer lo que él quería. Habló de violencia psicológica permanente y de un progresivo aislamiento de sus seres queridos. Incluso, aseguró que no le permitía manejar ni comunicarse libremente.
Ese vínculo, que comenzó con promesas de amor, hoy es recordado por ella como una etapa oscura que dejó secuelas profundas. Su testimonio busca visibilizar la violencia invisible que muchas mujeres viven puertas adentro.

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