
La naturaleza tiene un efecto innegable en el bienestar humano y vivir cerca del mar es uno de ellos. Si bien desde hace tiempo se reconoce el impacto positivo de los entornos verdes en la salud mental y física, un área de investigación en crecimiento se centra en los “espacios azules”: océanos, lagos y ríos.
Un estudio reciente ha observado una correlación intrigante entre vivir cerca del océano y una mayor longevidad, sumando nuevas pruebas a la relación entre los cuerpos de agua y la salud de las personas. Los hallazgos sugieren que, más allá de la belleza del paisaje, el entorno costero ofrece beneficios concretos que se asocian a una vida más larga.
El estudio sobre por qué esta locación puede alargar tu vida analizó más de 66.000 áreas censales. La investigación buscó establecer la relación entre la esperanza de vida y la proximidad a cuerpos de agua, controlando otros factores clave como la situación socioeconómica y la demografía.
Factores que explican el fenómeno
Los resultados fueron contundentes: las personas que residían en una franja de hasta 50 kilómetros de la costa tendían a vivir, en promedio, un año más que la media nacional, que era de 79 años. Y los que vivían cerca de grandes lagos o ríos en zonas urbanas mostraban una esperanza de vida ligeramente menor, lo que sugiere que los beneficios del agua dependen del tipo de entorno que la rodea.
La mayor longevidad de los residentes costeros no se atribuye a un único factor, sino a una compleja red de elementos interconectados. Los investigadores señalan que las zonas costeras suelen tener temperaturas más suaves y, crucialmente, una mejor calidad del aire debido a la brisa marina. Estos factores ambientales reducen el estrés en el sistema respiratorio y cardiovascular.
Además, la proximidad al mar fomenta un estilo de vida más activo, ya que brinda más oportunidades para actividades recreativas como caminar, nadar, correr o hacer surf. La posibilidad de realizar ejercicio al aire libre de forma regular contribuye directamente a la prevención de enfermedades crónicas y a una mejor salud en general.

La investigación también consideró factores socioeconómicos. Las zonas costeras, más turísticas, ofrecen diversas oportunidades laborales y una posible mayor renta a sus habitantes. Esto es fundamental, ya que el estatus socioeconómico está relacionado con el acceso a servicios de salud de calidad, una nutrición adecuada y menos estrés financiero, todos ellos factores que influyen en la longevidad.
Los autores del estudio señalan que, en contraste, los cuerpos de agua interiores en zonas urbanas a menudo están rodeados de mayor contaminación, pobreza y menos espacios para la actividad física, lo que podría explicar la menor longevidad en esas áreas.
La correlación encontrada es sólida, aunque se recuerda que la causalidad es un campo que requiere una mayor profundización. Es decir, el estudio confirma que la longevidad y vivir cerca de la costa están relacionados, pero la razón exacta podría ser una combinación de los factores ambientales y los socioeconómicos, en una espiral positiva de salud y bienestar.
Otros aspectos a considerar
- Salud mental: la cercanía a la costa se ha vinculado con una reducción en los niveles de estrés y una mejora del bienestar psicológico.
- El efecto de los iones negativos: la brisa marina contiene iones de aire negativos que se cree que tienen un efecto antidepresivo y mejoran el estado de ánimo.
- Impacto sensorial: los sonidos de las olas y los olores marinos contribuyen a un estado de calma que puede tener un efecto terapéutico.
- Diferencias globales: el estudio se realizó en Estados Unidos, por lo que los hallazgos podrían variar en otras regiones del mundo con diferentes factores ambientales, sociales y económicos.
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