
Que una persona tenga multiplicidad de opciones a la hora de tomar una decisión, puede generar indecisión, ansiedad o incluso hacerla infeliz, según un reciente estudio de Caltech publicado en Nature Human Behavior, que analizó cómo funciona el cerebro ante distintos volúmenes de alternativas.
La investigación, basada en técnicas de neuroimagen, demuestra que cuando las opciones superan cierto umbral previsible, aparece lo que los especialistas definen como “paradoja de la elección”. Demasiadas alternativas terminan afectando negativamente la toma de decisiones de las personas, cuando popularmente se creía lo contrario.
Los autores del trabajo comprobaron que existe un rango óptimo de opciones -entre 8 y 15- dentro del cual las personas pueden evaluar con mayor claridad los posibles beneficios.
Hay un cierto grado de opciones recomendadas a la hora de realizar una elección para evaluar con claridad los beneficios. Foto: FreepikPor debajo o por encima de ese intervalo, la sobrecarga de alternativas altera la actividad en regiones clave del cerebro, como el estriatum y la corteza cingulada anterior, responsables de asignar valor y controlar el proceso de elección. Cuando el número es excesivo, la actividad se estanca y crece la dificultad para comparar posibilidades.
El fenómeno tiene un impacto directo tanto en decisiones cotidianas -elegir un restaurante, un destino de vacaciones o un producto- como en elecciones de mayor importancia, como definir un tratamiento médico o una escuela para los hijos.
Según los expertos, esta combinación de abundancia de alternativas y expectativas elevadas explica por qué, en la sociedad de consumo, más opciones no necesariamente conducen a mayor bienestar.
Lo que demuestra el estudio sobre la sobrecarga de opciones
El trabajo de Caltech buscó medir, con evidencia biológica concreta, cómo cambia el proceso de elección cuando la variedad disponible de elecciones crece. Para eso, los investigadores sometieron a los participantes a resonancias magnéticas funcionales mientras evaluaban conjuntos de 6, 12 o 24 alternativas. Los resultados fueron contundentes:
- 12 opciones generaron la mayor actividad cerebral vinculada a la toma de decisiones.
- 6 opciones resultaron insuficientes: la baja variedad redujo el interés y la capacidad de discriminación.
- 24 opciones provocaron una caída significativa de la actividad en las áreas decisorias, señal de saturación cognitiva.
Además, cuando se incorporaba una opción claramente dominante, la elección se aceleraba y la actividad cerebral crecía, lo que indica que las personas necesitan puntos de referencia estables para simplificar el proceso.
Estriatum y cingulada anterior, las regiones del cerebro que intervienen en la toma de decisiones. Foto: FreepikEntre las regiones más implicadas en el cerebro se destacaron el estriatum, relacionado con la evaluación del valor de cada alternativa, y la corteza cingulada anterior, que pondera costos y beneficios. La actividad simultánea de ambos sistemas se debilitaba a medida que crecía la cantidad de opciones, lo que explica la sensación de bloqueo que reportan muchos consumidores.
Cuál es el número ideal de opciones y por qué importa
Aunque el estudio señala un rango de 8 a 15 alternativas como el “punto óptimo” a la hora de tomar decisiones, los especialistas aclaran que no se trata de una cifra universal y que esto puede variar según el tipo de persona. La tolerancia a la variedad depende de factores como:
- La recompensa percibida luego de elegir.
- La facilidad personal para comparar alternativas.
- El nivel de exigencia o perfeccionismo del individuo.
Una persona acostumbrada a evaluar múltiples variables puede manejar más opciones sin sentirse saturada. En cambio, alguien indeciso o muy exigente puede sentirse abrumado incluso con conjuntos más acotados.
Una persona acostumbrada a más decisiones puede manejar más opciones sintiendo menor estrés. Foto: FreepikMás allá de las particularidades individuales, el hallazgo tiene consecuencias prácticas. Desde cómo deben construirse los menús en los restaurantes hasta la cantidad de productos que conviene ofrecer en un sitio de comercio electrónico. El desafío es buscar el equilibrio entre variedad y simplicidad para evitar frustraciones.
Cuál es la visión de Barry Schwartz sobre la libertad de elección
El psicólogo Barry Schwartz fue uno de los primeros en advertir que la libertad de elección no siempre incrementa la felicidad. En su teoría de la paradoja de la elección, sostiene que un exceso de alternativas reduce la capacidad de actuar y eleva la autocrítica posterior: cuanto más se elige, más fácil resulta imaginar la opción descartada que “hubiera sido mejor”.
Para Schwartz, esta combinación de abundancia y expectativas altas genera un efecto doble: dificulta elegir y además reduce la satisfacción, incluso después de haber elegido.
Las personas más exigentes se frustran más a la hora de tomar decisiones. Foto: FrepikEl impacto es mayor en personas muy exigentes, poco conformistas o con tendencia a sobreanalizar. Esa búsqueda permanente de “la mejor opción posible” complica la sensación de cierre, lo que puede llevar a insatisfacción crónica.
Cómo afecta la multiplicidad de opciones en la vida cotidiana
Los siguientes ejemplos cotidianos demuestran cómo opera este fenómeno en diversos ámbitos de la vida:
- Ropa o consumo personal: frente a catálogos interminables, las personas postergan la compra o luego sienten que podrían haber elegido mejor.
- Restaurantes o delivery: la oferta casi infinita genera demoras, frustración y decisiones tomadas por agotamiento.
- Tecnología: la variedad de modelos, precios y características puede extender el proceso de compra más allá de lo necesario.
- Salud y educación: la responsabilidad asociada a estas decisiones intensifica la presión y maximiza el miedo a equivocarse.
Un menú amplio y con múltiples ofertas en un restaurante puede llegar a tomar decisiones por agotamiento. Foto: FreepikEn todos los casos, aparece el mismo patrón: la abundancia de opciones comienza a funcionar como un obstáculo.
Riesgos psicológicos de la sobreabundancia de alternativas
Los especialistas coinciden en que la saturación de opciones no solo complica el proceso de la toma de decisiones, sino que puede tener efectos emocionales concretos:
- Ansiedad ante la posibilidad de equivocarse.
- Parálisis decisoria.
- Sensación de pérdida o arrepentimiento post-decisión.
Esa combinación explica por qué, incluso en contextos de alta oferta, tantas personas sientan insatisfacción.
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