
En el hinduismo, Saraswati es la diosa del aprendizaje, la música, el habla y la estética. Esposa del gran dios Brahma. Además, en algunos textos religiosos se la identifica como la creadora del sánscrito. En el jainismo y en algunas sectas budistas, también es adorada como la diosa del conocimiento.
El primer día de la primavera comienza, en su honor, el festival Saraswati Puja durante el cual los fieles visten de amarillo, color asociado con la sabiduría y la prosperidad en la India. Las estatuas de la diosa se cubren de seda amarilla y los creyentes piden bendiciones para sus biromes, libros e instrumentos musicales.
En el arte suele estar representada como una joven elegante que lleva un sari blanco (símbolo de la pureza) con un borde azul. Como no se ocupa de los bienes mundanos, Saraswati pocas veces usa joyas.

Si hay algo que llama la atención es que los templos dedicados a Saraswati son escuela o bibliotecas y no lugares destinados a su devoción. El motivo tiene que ver con el profundo significado que la diosa tiene para una persona.
Un artículo de Timeslife explica que “Saraswati nos reta a repensar el verdadero significado de la devoción, porque no exige rituales ni ofrendas, sino intención y esfuerzo”. Añade que ella “es una presencia que llevas contigo, adondequiera que vayas”. Así, propone: “la próxima vez que te pierdas en un libro, en tus pensamientos o simplemente en la alegría de crear algo, recuerda que Saraswati está contigo”.
Saraswati puede enseñarte muchas cosas, algunas de ellas son:
El conocimiento no se puede contener
Piensa en la última vez que aprendiste algo nuevo, ya sea resolver un problema de matemáticas o tocar un acorde difícil en la guitarra o tener uno de esos momentos de iluminación a las dos de la madrugada. Esa sensación de descubrimiento, esa chispa de comprensión es donde reside Saraswati.
Ella representa el conocimiento, la creatividad y la claridad, fuerzas intangibles e ilimitadas. No puedes ponerlas en una caja ni confinarlas a cuatro paredes. Su verdadero templo no está hecho de ladrillo y piedra porque se construye dondequiera que ocurre el aprendizaje. Su ausencia de los templos es un recordatorio de que la sabiduría no pertenece a un solo lugar. Está en todas partes.

Inspira acción, no rituales
Si bien muchas deidades en la cultura india son veneradas con rituales y ofrendas diarias, el enfoque de Saraswati es diferente. No le interesan las varillas de incienso ni los arreglos florales. En cambio, te impulsa a la acción. ¿Quieres su bendición? Toma un libro. Empieza un proyecto creativo. Resuelve ese problema persistente en el trabajo. La devoción de Saraswati reside en el esfuerzo y la superación personal. Es una diosa que no solo exige tu tiempo, también exige tu crecimiento. Al no tener un templo, cambia el enfoque de los rituales externos a la reflexión interior. No se trata de mostrar tu fe, se trata de vivirla.

Adoración con intención, no como obligación
Esta diosa no necesita oraciones diarias ni ceremonias elaboradas. Su presencia se celebra con significado, como durante el festival descrito. Entonces, estudiantes, artistas y pensadores de toda la India honran a Saraswati y buscan su bendición antes de exámenes, presentaciones o proyectos creativos.
Es un momento de conexión e intención, una forma de decir “Ayúdame a crecer. Ayúdame a crear. Ayúdame a aprender”. Su adoración se centra menos en la rutina y más en el propósito. No se trata de hacer algo porque se supone que debes hacerlo, sino de sentir una necesidad genuina de crecer y pedirle su guía.
Su ausencia es su mensaje
La falta de templos no es una limitación, es una afirmación. Nos recuerda que la sabiduría, la creatividad y el conocimiento no se encuentran en un espacio sagrado, sino que son algo que llevamos dentro. Sus enseñanzas son sencillas pero profundas: cada vez que te esfuerzas por aprender algo nuevo, cada vez que creas algo significativo, cada vez que compartes conocimiento con alguien más, estarás venerando a Saraswati.
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