
Según los últimos datos de las Pruebas Aprender 2023, el 56% de los estudiantes de sexto grado en Córdoba tiene menos de 20 libros en sus casas. A nivel nacional, ese porcentaje asciende al 59%. El número refleja una tendencia preocupante: los niños leen cada vez menos y tienen menor acceso a libros en formato papel, lo que se vincula directamente con la baja comprensión lectora que muestran las evaluaciones recientes.

Una brecha que crece
El impacto es aún mayor entre los estudiantes de sectores más vulnerables. En provincias como Formosa, Santiago del Estero, Corrientes, San Juan y Chaco, el porcentaje de chicos con menos de 20 libros supera el 67%. La Pampa encabeza otra estadística: es la provincia donde más niños aseguran no tener ningún libro en casa. Esta falta de acceso a libros físicos se suma al crecimiento de formatos digitales que, según estudios internacionales, no logran reemplazar los beneficios del papel.

La importancia del libro como objeto
“Tocar, oler, girar páginas… los libros en papel despiertan sensaciones que motivan a leer”, explica Andrea Olmedo, docente en Laboulaye. Y agrega: “Ese ratito de lectura puede convertirse en un montón”. Por su parte, organizaciones como Argentinos por la Educación y especialistas como Clara Zavalia insisten en que la presencia de libros en casa es clave para desarrollar el hábito lector, más allá del avance digital.
Frente a este escenario, se lanzó la Campaña Nacional por la Alfabetización y, a nivel local, el Ministerio de Educación entregó más de 81 mil libros en escuelas de toda la provincia. El objetivo es claro: formar comunidades de lectores y recuperar la lectura como una práctica ciudadana y transformadora, con docentes como mediadores y familias involucradas.
