
Pablo Laurta, el acusado de femicidio de Luna Giardina y su madre Mariel Zamudio, ya está tras las rejas en condiciones especiales. El imputado fue trasladado este lunes a la cárcel de máxima seguridad de Cruz del Eje, donde permanecerá en una celda individual bajo estricta vigilancia las 24 horas, luego de que otros presos lo insultaran durante su ingreso al sistema carcelario.

“Femicida”: los gritos que recibió al ingresar
El ministro de Justicia, Julián López, confirmó el hecho: “Fue claro cómo le gritaban los detenidos desde los distintos pabellones aquí de la UCA”. Laurta tuvo que ser trasladado bajo fuertes medidas de seguridad mientras los otros internos manifestaban su repudio hacia él. “Sabemos que los femicidios son delitos que, dentro de los establecimientos penitenciarios, tienen una fuerte carga”, explicó el funcionario.

Por qué lo aíslan del resto de los presos
La decisión de colocarlo en un régimen individual no es casual. “El femicidio es uno de los delitos más repudiados en la población carcelaria”, afirmó López, dejando en claro que la medida busca proteger la integridad física del acusado. El Servicio Penitenciario realizó un informe que determinó que Laurta debe permanecer separado del resto de los internos, aunque la modalidad será “excepcional y provisoria”.
Mientras tanto, el femicida ya cuenta con defensora oficial -Alfonsina Muñiz- y en los próximos días declarará ante el Fiscal de Violencia de Género, Gerardo Reyes. Pero antes deberá enfrentar otro proceso: también está imputado por el crimen del remisero Martín Palacio en Entre Ríos, por lo que una vez que concluya el proceso en Córdoba, deberá responder ante la justicia entrerriana.
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