
El organismo recaudador de Argentina, ARCA, trabaja en una nueva modalidad para que freelancers e inversores con activos fuera del país puedan ingresar al Impuesto a las Ganancias Simplificado, según confirmó Juan Pazo, titular de la entidad.
En diálogo con medios televisivos, Pazo adelantó que la inclusión de las rentas provenientes del exterior implicará que los propios contribuyentes informen sus operaciones internacionales, ya que por ahora la información automatizada solo abarca las rentas generadas dentro del país. Esta novedad se enmarca en un plan para simplificar el sistema y evitar la duplicación de regímenes informativos.
La medida apunta a dar respuesta a numerosos trabajadores independientes que exportan servicios y a inversores que manejan acciones o bonos extranjeros, por ejemplo, a través de ADRs (American Depositary Receipts). Actualmente, estos sectores enfrentan un tratamiento desigual que puede derivar en conflictos legales futuros, situación que el nuevo régimen busca corregir.
Además, desde el 1° de junio se podrá acceder al sistema simplificado con un monto máximo de operaciones documentables ampliado a $500.000, lo que facilita el cumplimiento tributario para pequeños contribuyentes.
Sin embargo, Pazo reconoció que el proceso aún está en desarrollo y que el proyecto de ley que formalizará estos cambios será presentado en las próximas semanas. Entre los puntos pendientes, se destaca la necesidad de establecer garantías legales para evitar fiscalizaciones arbitrarias a quienes declaren rentas internacionales.
El funcionario aseguró que ARCA pretende ofrecer certidumbre a los contribuyentes, enfatizando que no actuarán en contra de las medidas que el mismo organismo fomenta, una señal clara para quienes buscan regularizar su situación fiscal sin riesgos.
Si bien algunos expertos califican este esquema como una especie de “blanqueo permanente” o “amnistía tributaria”, el gobierno sostiene que se trata de un mecanismo para facilitar la transparencia y el cumplimiento fiscal, incentivando a declarar sin temor a sanciones.
