Nomofobia, pantallismo y ludopatía: el lado oscuro de la tecnología

El jefe del Departamento de Adicciones de la Provincia advirtió sobre los riesgos del uso excesivo del celular y dio pautas para reducir la dependencia.

La dependencia excesiva del teléfono celular y otras tecnologías digitales se ha transformado en una forma de consumo problemático que impacta en la salud mental de miles de personas. Así lo advirtió el doctor Juan Simón Zelaya Conti, jefe del Departamento de Adicciones de la Provincia, quien destacó la gravedad creciente de la nomofobia, definida como el miedo irracional a quedarse sin el celular, olvidarlo o perder conexión a internet.

“Todo esto tiene que ver con un circuito de dependencia a las nuevas tecnologías. Estas patologías producen en el paciente insomnio o despertares nocturnos para chequear el dispositivo, ansiedad, depresión, adicción al aparato, angustia, entre otras manifestaciones”, explicó el profesional.

Zelaya Conti alertó sobre síntomas físicos asociados a la adicción digital, especialmente entre adolescentes: “Es común escuchar especialmente entre los jóvenes ‘me clavan el visto’ y eso produce una angustia cuando no reciben contestación inmediatamente. Algunas manifestaciones orgánicas en su etapa más extrema pueden ser el dolor de pecho, respiración agitada, sudoración y/o algún tipo de mareo”.

A estos signos se suman consecuencias más profundas en la autoestima y la seguridad personal: “El efecto constante de esta adicción hace que la persona tenga una muy baja autoestima, una baja de autoconfianza, inseguridad, y básicamente es el perfil de una persona perfeccionista, que quiere estar permanentemente sabiendo todo lo que está pasando a su alrededor”, advirtió.

Frente a este escenario, el especialista recomendó algunas estrategias para desconectarse progresivamente del celular, siempre con el acompañamiento de profesionales: “Debemos reducir al mínimo las alertas esas permanentes que tenemos de todas las aplicaciones, para que no estemos pendientes. Eliminar esa cantidad de aplicaciones que uno va bajando es una forma también de no estar permanentemente alerta al celular, no utilizarlo como despertador, directamente apagarlo, retirarlo de la habitación donde nosotros dormimos y colocar un despertador de los viejos a pila o a batería para que nos despierte”, detalló.

También sugirió incorporar momentos de actividad física sin el celular: “Si se realiza senderismo, caminata o trekking sin el aparato, trabajamos para aprender a despojarnos del mismo. Eso es lo que podemos decir sobre los nuevos consumos problemáticos a las nuevas tecnologías”.

En el caso de los niños, Zelaya Conti fue enfático: “No es conveniente el pantallismo en los niños, por eso es muy importante la responsabilidad de los padres, que no sea el regalo de los ocho o nueve años un Smartphone. El chico puede usar el celular de los padres para jugar, pero debe tener un tiempo acotado, convenido entre padres e hijos, lo mismo que a la noche, al dormir el celular se debe apagar en conjunto con el niño y guardarse y cargarse por separado, no al lado de él”.

Además, desaconsejó la exposición temprana a múltiples pantallas para evitar el multitasking: “Respecto al uso del celular en las infancias se aconseja recién el acceso a partir de los 12 años, para prevenir lo que se denomina multitasking, con esa forma de estar permanentemente conectado a varias pantallas en forma instantánea e incitando a la dispersión”.

fuente: VIAPAIS

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