
Si caminás por cualquier barrio porteño o del conurbano, seguramente viste algún balcón con CDs colgados que giran con el viento y reflejan la luz del sol. A primera vista pueden parecer un adorno improvisado o incluso un recuerdo de la época en la que los discos compactos eran furor. Pero la realidad es que esconden un truco sencillo y efectivo para resolver un problema cotidiano.
Los CDs funcionan como espantapájaros urbanos. Sus superficies brillantes generan destellos molestos para las aves, que evitan acercarse a los balcones donde se colocan. Palomas, gorriones y hasta cotorras suelen ser visitantes frecuentes en edificios, ya sea en busca de comida o para instalar sus nidos. Esa convivencia, aunque pintoresca para algunos, puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza.

El método casero con los CDs en los balcones que se volvió tendencia
Cada vez más vecinos optan por este recurso porque es económico, ecológico y no requiere mantenimiento. Los CDs reflejan la luz y ese efecto resulta incómodo para las aves, que rápidamente buscan otro lugar donde posarse, explican quienes aplican este sistema desde hace años.

Además, se trata de una solución que no daña al medioambiente. A diferencia de otros métodos que implican químicos o estructuras invasivas, colgar un par de discos viejos permite mantener lejos a los pájaros sin lastimarlos. Y de paso, se les da una segunda vida a esos objetos que quedaron en desuso con la llegada de la música digital.

Algunos incluso aprovechan el recurso para decorar y darle un toque original a su balcón. Entre macetas y plantas, los discos que se mueven con el viento aportan un efecto visual distinto, que incluso dan una sensación más hogareña dentro del ambiente. En el último tiempo, varios usuarios compartieron en redes sus experiencias con este truco.
—