Imaginemos un país donde el aborto es ilegal y está penalizado con años de prisión, donde no existe el matrimonio igualitario, donde se cataloga a las personas trans como “aberraciones humanas”, donde la adopción homoparental no está permitida, donde se insta a las mujeres a “parir, gestar, parir” porque ese esas son sus “grandes tareas de la vida”, donde hay un día nacional para “marchar por Jesús” y donde se habla de la existencia de una “crisis moral”, producto de la “disolución del núcleo familiar y el colapso de los valores tradicionales”.
Nicolás Maduro acusó a Javier Milei por levantar a Telesur de la Televisión Digital Abierta en Argentina. Cualquiera diría que este es el país ideal de Javier Milei, Santiago Abascal, Donald Trump, Giorgia Meloni, Victoria Villarruel, Jordan Peterson o cualquier influencer-incel libertario. Pues no. Esa es la Venezuela de Nicolás Maduro, algo que pareciera ser la meca o la cuna de la “batalla cultural” que tanto pide el gobierno argentino y sus trolls (todo desde la casa de sus padres, porque la mayoría habla de “dios, patria y familia”, pero no se han casado y ni tienen hijos, y los que tienen “hijos” son “de cuatro patas”, clonados o están muertos, como es el caso de Conan con Javier Milei, algo que explica con claridad Juan Luis González, autor de El loco).
En Venezuela no sólo se violan los derechos humanos, sino que la comunidad LGTBIQ+ también es blanco de represión. En Venezuela no existe un marco legal que reconozca las uniones entre personas del mismo sexo; no existe el matrimonio igualitario;tampoco se permite la adopción homoparental. Las personas trans son maltratadas desde el marco estatal, y tampoco pueden modificar su nombre o documentos de identidad. Sumado a esto, Maduro ha utilizado la homofobia como una herramienta política, replicando las tácticas demovimientos como el de la nueva derecha, así como lo hace Javier Milei con su homofobia y su transfobia (que dice mucho más de sus represiones que de otra cosa).
En un episodio reciente del programa Maduro Podcast, el dictador venezolano alertó sobre la presencia de una “crisis moral” en el mundo, y lo hizo denunciando la “decadencia” provocada, en sus propias palabras, por la pornografía, la drogadicción, la disolución del núcleo familiar y el colapso de los valores tradicionales.
Una de las figuras clave del régimen venezolano, el fiscal general de Venezuela desde 2017,Tarek William Saab, ha sido un amplificador de discursos homofóbicos y transfóbicos. Saab llegó a afirmar que las personas trans son “aberraciones humanas” que deben ser “combatidas” porque, según él, representan una “traición moral, espiritual y mental” al “camino recto”. Sus palabras no son aisladas, sino que encajan perfectamente en la retórica de líderes como Donald Trump, quien ha convertido a la comunidad trans en un blanco recurrente de su agenda política. En enero de 2025, Trump llevó su ofensiva un paso más allá: modificó las páginas oficiales del gobierno estadounidense para eliminar las letras I y T de la sigla LGBTIQ+, invisibilizando y borrando deliberadamente a las personas intersexuales y trans.
Tarek William Saab también dejó en claro la postura oficial del régimen venezolano sobre el matrimonio igualitario. “La Constitución que yo firmé y aprobamos establece el matrimonio entre un hombre y una mujer, es lo que yo defiendo”, declaró cuando fue consultado sobre la posibilidad de legislar en favor de este derecho. Tarek William Saab también habló en contra de la educación sexual, y la definió como un “plan mutante para destruir a la civilización y a nuestras familias”, como un plan de un “nuevo orden mundial” que avanza para “imponer la legalización de las drogas y la pedofilia”. Un mensaje prácticamente idéntico al de Javier Milei en la conferencia de Davos de comienzos de este año.
Fotografías de archivo que muestra al fallecido expresidente de Venezuela, Hugo Chávez (1999-2013); al fallecido expresidente de Argentina, Néstor Kirchner (2003-2007); al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y al presidente de Argentina, Javier Milei. EFE/ ARCHIVO Nicolás Maduro ha hecho varias declaraciones relacionadas con el rol de la mujer, la maternidad y la familia. En diversas ocasiones, ha enfatizado la importancia de la procreación, instando a las mujeres venezolanas a tener más hijos. En un acto por el Día de la Mujer, en el Congreso Venezolano de las Mujeres, Maduro afirmó “¡A parir, pues, a parir! Todas las mujeres, a tener seis hijos, ¡todas!”. Además, en otras declaraciones, ha señalado que “la mujer fue hecha para parir”, reduciendo el rol de la mujer a la maternidad, lo que también ha generado debate sobre la visión del régimen respecto al feminismo y la autonomía de las mujeres. Maduro también sostuvo que las mujeres tienen la responsabilidad de “forjar, formar, criar, construir valores”. Y agregó: “Todas las mujeres tienen en su inocencia profunda un sentido innato para proteger y amar a la humanidad, a los niños y a las niñas”.
A finales de enero de 2025, el régimen de Nicolás Maduro creó un viceministerio religioso, el cual quedó a cargo del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, cuyo titular es Diosdado Cabello, la voz principal del régimen. Además, Maduro estableció el “Día Nacional de la Marcha para Jesús”, que se celebrará el primer sábado de cada agosto. También firmó un convenio para que, según explicó, las iglesias cristianas “ingresen a todos los centros penitenciarios a llevar la palabra de Dios”.
Nicolás Maduro en un acto con pastores evangélicos. En mayo de 2024, Maduro fue nombrado por pastores evangélicos como “protector de la familia”, tras una marcha convocada por la Iglesia cristiana, como reconocimiento a su “compromiso con la defensa del núcleo familiar como fuerza vital de la sociedad”. El presidente del Concilio Asambleas de Dios de Venezuela, el pastor Luis Rodríguez, sostuvo que Nicolás Maduro “es un ejemplo de hombre de familia para Venezuela”. Maduro respondió lo siguiente: “Acepto esta proclamación con amor y esmero cristiano: ser el protector de la familia venezolana para siempre”. En un acto religioso, Maduro dijo: “Hoy 15 de junio de 2024, como presidente de la República Bolivariana de Venezuela, voluntariamente entrego mi nación a Cristo para que sea el dueño absoluto de esta patria bendita”.
De este modo, la nueva derecha está mucho más cerca del dictador Maduro de lo que está dispuesta a admitir. En este contexto, Venezuela es una especie de país modelo para quienes, desde la nueva derecha, impulsan la “batalla cultural”, que representa la idea de imponer un orden moral arcaico, regulador del placer y patológicamente obsesionado con la sexualidad de las demás personas. Milei y Maduro son dos perfectos aliados “anti-woke”.
Antonella Marty, escritora rosarina, graduada en Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas. Esautora de varios libros publicados por Planeta (Deusto), entre los que destacan Nacionalismo: el culto común del colectivismo (2023), Ideologías (2024) y La nueva derecha (2025).