
“Nunca pasa nada… Pero tenemos un fondo nuevo en uno de los autos y había que dejarlo listo”. La nota se retrasa y Nicolás Bianco pide disculpas. El mecánico argentino disfruta de este presente con un compatriota como piloto por primera vez desde que llegó a la Fórmula 1 en 2017. “Parece que estoy en la cancha de de Boca, de River, con toda la gente gritando y cantando. Lo apoyan muchísimo a Franco. Muy, muy, muy, mucho. O sea, todo el tiempo y y es increíble; los equipos salen afuera a filmar, los sorprende. Y Fórmula 1 se sorprendió muchísimo por eso”, resume en el hospitality de Racing Bulls, donde atiende el auto de Liam Lawson, en Interlagos.
Su experiencia sirve para entender desde adentro cómo se trabaja en un pit stop y también para comprender esas paradas que Franco Colapinto sufrió en Alpine esta temporada, con 11 segundos en el GP de Hungría como la más larga. “No puede pasar lo que pasa. Se practica tantas veces y se prueban tantas veces los software que no puede pasar en ese momento y menos en el momento de carrera, por eso se hacen pit stop antes de la carrera, para probar que todo funcione”, puntualiza con su tonada cordobesa intacta aunque hace una década que vive en Italia.
“Pero sí puede pasar y por eso cuando trataron mal al equipo de Alpine, yo salí enseguida a defenderlos a los mecánicos porque ellos no le van a hacer mal a un piloto, para nada. Está en riesgo tu trabajo. Acá nos conocemos todos y saben todos lo que pasa, entonces está en riesgo tu presencia, tu imagen. No le van a hacer mal a un piloto, cosa loca es lo que están diciendo. Pero sí, yo por ejemplo en mi caso erré algunos pitstops, no de esa magnitud, pero erré algunos pitstops y me sentí mal, como mecánico la pasás mal, porque obviamente está haciendo su trabajo y tu trabajo lo querés hacer bien, somos muy profesionales acá, cada uno tiene su su cuotita de amor de para para el equipo”, aclara quien anhela tener su propio equipo de Fórmula 4 en Italia en el futuro cercano, aunque para eso deba ponerle punto final a la F1.
Los mecánicos de Alpine con el auto de Pierre Gasly en el reciente GP de San Pablo. Foto REUTERS/Jean Carniel-¿Cómo es la preparación del mecánico de la F1?
-Nosotros tratamos de acomodarnos un poco más con la cabeza. O sea, no es tanto lo físico, sino es ser siempre regular. Muy regular tenés que ser. El físico lo necesitás porque tenés que aguantar los 240 días que estás afuera de casa. Pero en si, cuando lo hiciste tantas veces al pit stop, es algo natural ya que te viene al hacerlo. Pero al principio sí tenés que trabajar mucho. Lo que nosotros hacemos es trabajar mucho con la misma gente. Por ejemplo, yo que meto la goma trabajo siempre con el mismo pistolero y siempre con el mismo que saca la goma. Así nosotros tenemos siempre el mismo tiempo. Eso es lo que se necesita hacer más del todo: la coordinación es fundamental.
-Tienen que ser los tres una persona sola.
-Sí. Y nos tenemos que llevar bien en todo sentido, porque si yo voy cruzado con el pistolero, por cualquier cosa, me puede agarrar una mano.
-¿Y qué pasa en ese momento cuando estás cruzado, se puede decir “no puedo”?
-Se hace, sos bastante profesional. Vas y lo hablás. Nosotros nos hablamos entre nosotros, si hay un problema. No podemos tener un problema antes de la carrera. Tenemos que estar tranquilos entre nosotros. Puede pasar, como te digo, hacemos 240 días juntos, es una familia esto. Así que vamos, lo hablamos: “Hay un problema. Bueno, hacemos la carrera y después nos arreglamos. Basta, ya se terminó”.
-Cuando llegaste, ¿cuántos argentinos había acá en Fórmula 1?
-Cero. No entendés nada en el momento. Se trabaja muy distinto. Yo había hecho un año en WTCC. Entonces, más o menos había visto lo que era Europa. Eh, pero llegás acá y es otro mundo completamente distinto. Por eso, la gente que buscan los equipos es con experiencia en el motorsport, pero no con experiencia en Fórmula 1, porque cada equipo se hace solo. Hace sus mecánicos. Porque no todos los los equipos trabajan igual, no tienen los mismos procedimientos Entonces es eso, o sea, llegás y te hacés en el equipo. Crecés en el equipo.
-¿Qué sentiste cuando veías a los otros y te comparabas a vos en esos primeros momentos?
-No lo puedo decir (risas). Yo ahora lo veo con los chicos nuevos que entran y sí, me veo completamente reflejado. Porque nosotros vamos, muy así como se dice, fumando un pucho, ¿entendés? Nosotros lo hacemos como si fuese nada y los chicos nuevos no hay forma que lleguen con los tiempos. Acá se toman muchos tiempos. Entonces, vos sabés que tenés el tiempo para, eh, armar el fondo, por ejemplo, que estaba armándolo ahora.
-O sea, todo se cronometra, no solo el pit stop.
-Todo. Absolutamente todo. ¿Por qué, qué pasa? Al momento de tener un problema en sesión, vos tenés que saber cuánto tiempo necesitás para hacer el trabajo. Para hacerlo o para no hacerlo.
-Claro, hay un accidente. Faltan 2 horas para el próximo entrenamiento…
-Ya sabés si vas a salir o no vas a salir. Podés acortar un poco de tiempo, pero sabés bien qué va a pasar. Nosotros sabemos cuánto tiempo necesitamos para abrir un bodywork, cuánto tiempo necesitamos para bajar un floor, un fondo. Sabemos todo y al minuto.
Video
Gran Premio de Interlagos: la práctica del pit stop de Alpine en San Pablo
-Y cuando hay pibes nuevos, ¿van a la fábrica primero?
-Sí. Yo fui uno de los que menos hizo fábrica. Yo hice 6 meses de fábrica y me mandaron a carrera porque necesitaban. Uno de los chicos se hizo mal, se golpeó en esa carrera en Canadá y me llaman a las 9 de la noche y me dicen: “A las 5 de la mañana salís para Canadá”. “Perfecto, vamos”, les dije. Pero un cagazo, porque yo no había hecho nunca carrera de Fórmula 1 y caigo como mecánico. Porque, esto es así: primero te preparan y te mandan como el tercero, digamos, pero acá el tercero es el séptimo porque son 2 millones de mecánicos. Pero te mandan a ser uno extra, el comodín. Entonces por lo menos ves lo que pasa dentro de la carrera.
-El comodín no sale a hacer el pit stop.
-No, no sale. Se queda adentro. El pit stop, como te estaba diciendo antes, tiene que ser la gente que trabaja siempre. Siempre. Eh, entonces yo no había hecho nunca eso. Y llegué crudo, completamente, completamente crudo. Tuve que hacer la carrera y salió bien.
-¿Y los que te tocaron quiénes eran? ¿Tenían experiencia?
-Mi trío tenía mucha experiencia. El pistolero es ahora mi jefe de mecánicos. Y el que sacaba la goma era un chico que hacía años que lo hacía. Ahora no está más.
-Cuando un pit stop sale mal, ¿cómo hacés para resetearte? Porque quizás en la misma vuelta te viene el segundo auto…
-Hacemos trabajos mentales también, que los trabajamos con la gente de Fórmula Medicine. Eh, ellos llevan a pilotos, a muchos deportistas y se trabaja mucho con la mental economy, con el focus en el trabajo y todo eso. Y nosotros tenemos la suerte de hacer cursos con ellos. Entonces, sabemos qué tenemos que hacer. Cada uno, porque no todos somos iguales, entonces cada uno tiene su cosita para hacer, su mecanismo para tranquilizarse.
-Esa es la mala, pero también está la buena: cuando el pit stop sale bien.
-Te das cuenta cuando hacés un pit stop bueno, uno regular y uno malo. Te das cuenta y eso que son 2 segundos, no duran nada, pero nosotros al hacerlo tantas veces… Yo tengo más de 10 mil pit stops hechos. Son 10 años que tengo. Y cada año tenemos entre 1200 y 1500, hay algunos años que hacemos 2000 pitstop. Así que debo tener 13, 14 mil pit stops hechos. Es muchísimo. Entonces, para mí es algo muy mecánico, algo normal. Y también las palpitaciones… a los primeros pit stops ibas en apnea. Ahora jugás. Lo usás como un juego, una diversión, algo lindo, la parte linda del trabajo.
-Cuando sale el ranking de los mejores pit stop de la temporada, ¿hay alguna recompensa del equipo por eso?
-Eh, no la llamaría recompensa. Hay un premio por haber hecho bien los pit stops durante todo el año en el equipo. Nosotros lo tenemos. Pero es más el haber hecho bien el trabajo grupal, o sea, todo el trabajo. Nosotros le llamamos premio pit stop, pero es un premio al trabajo que se hace.
-Decías 240 días afuera de casa, pero desde hace un año sos papá. ¿Cómo lo están viviendo? Porque podrían decir que tenés el mejor trabajo del mundo, estás en la F1, pero ¿cómo te sentís ahora?
-Padre de familia. Ahora yo no veo la hora de que llegue el lunes para volver a casa y abrazar esa gorda. Es así. Eh, cuesta. Cuesta mucho. Sí, la verdad que cumplió 1 año el 26 de octubre y ahora cuesta. Ahora me cuesta bastante. Pero, bueno, también está el equipo que ayuda en estas cosas, porque como sabrás, vino a Bakú, vino a Países Bajos… Entonces el equipo ayuda mucho a tener una familia también. Porque si bien tu familia está acá dentro y estás concentrado, ayuda en eso. Y también a mí me ayuda, personalmente, tener una persona al lado que me conoce y conoce del ambiente, ¿entendés? Si no la tuviese a ella al lado, no sé si se podría hacer.
-Francesca, tu hija, estuvo en brazos de Max Verstappen, por ejemplo. ¿Cómo fue ese encuentro que mostró en redes sociales tu pareja, Julia Ballario?
-Max, un dulce. Fue increíble porque nadie se lo esperaba. Ella quería acercarla a Francesca al lado de Max y decir: “Bueno, saquemos una foto”. No, Max la agarró en brazos, todo. Y Franchi tiene eso, cuando desconoce a alguno, obviamente nunca lo vio, se larga a llorar, como todo bebé tiene esas cosas. Así que nada, se largó a llorar y Max trataba de calmarla para poder hacer una foto y se enterneció tanto. Y después cada vez que que pasaba por al lado de ella, la saludaba y todo. No, fue increíble.
-¿Cómo es compartir con tu familia un lugar de trabajo tan especial?
-Es hermoso. Poder compartir con tu familia tu pasión y tu trabajo es la cosa más linda que te puede pasar. En algo tan grande como es Fórmula 1.
—



