
En la quinta jornada del juicio por el femicidio de Catalina Gutiérrez, sus amigos Agustina E., Lucas H. y Ulises B. brindaron declaraciones clave sobre la personalidad del acusado, Néstor Soto, y su vínculo con la víctima. Los testimonios revelaron episodios de violencia, manipulación y actitudes obsesivas por parte del imputado.

Uno de los relatos más impactantes fue el de Lucas H., quien describió episodios de frustración y enojo de Soto. “Cuando no le gustaba cómo le salía algo, se frustraba mucho. Ha llegado a tener agresiones con sus objetos. Una vez llegué y había roto una tapa del lavarropas, y en otra ocasión una perilla del horno”, relató
También recordó un episodio en el que un grupo de amigos se reunió a jugar. “Dije ‘ordenemos primero y después jugamos’. Cuando terminamos de limpiar, Néstor preguntó si jugábamos al truco. Le dije que íbamos a jugar a otra cosa y, de repente, se paró, me insultó y se fue rápido al patio. Me quedé desconcertado”, relató.
En otra ocasión, Lucas fue testigo de una reacción preocupante. “Cuando hablamos, golpeó el suelo de la pileta con mucha fuerza. Me dio susto. No me esperaba que hiciera eso”.
Su actitud con Catalina también despertaba inquietud. “Era más obsesivo con sus relaciones de amistad con mujeres”, señaló. Con firmeza, concluyó: “Néstor es un femicida. Le hizo creer a Cata que era su amigo y la mató sin piedad”.
Un control constante y actitudes perturbadoras
Por su parte, Agustina E. aportó detalles sobre el control que ejercía Soto sobre su entorno. “Tenía anotados los horarios de facultad de sus amigos. Decía que era para ver cuándo podían juntarse, para organizarse. Con lo de Catalina, hay cosas que se empiezan a ver raras. No conozco a nadie que anote los horarios de sus amigos”, expresó.
Respecto a la relación entre Catalina y el acusado, Agustina contó que la joven se esforzaba por manejar sus reacciones para evitar conflictos. “Él se enojaba y le dejaba de hablar. La dejaba hablando sola. Ella buscaba solucionar las cosas, hablarle bien y explicarle para que él no se enoje”, recordó. Sin embargo, con el tiempo, el desgaste era evidente. “Al final, ella ya estaba cansada”.
El día del crimen
Agustina también reconstruyó los últimos momentos antes del femicidio. Contó que Catalina le escribió para invitarla a una salida con Ulises Balian, otro amigo del grupo. “Ese miércoles me dice: ‘Si querés nos juntamos hoy con Ulises para ir al bowling’. Le dije que vayan primero porque yo iba a llegar tarde”.
Esa misma tarde, Catalina le mencionó que había conocido a los padres de su novio y que más tarde intentarían encontrarse. “Ahí le escribí a Néstor para decirle que la sumemos. Le digo: ‘Nos juntamos esta noche en el Patio Olmos’, y su respuesta fue ‘qué malo, no me invitó’”, relató.
A las 22, recibió un mensaje de Soto cancelando la reunión: “Se cancela porque Cata me clavó”.
Por su parte, Ulises Balian aportó detalles sobre la relación entre el acusado y la víctima. “En 2024, él sentía que Catalina no tenía tiempo para él. Le quise explicar que era lógico que quisiera pasar más tiempo con su novio, pero él no entendía eso”, explicó.
En el cierre de su declaración, Balian expresó con angustia la dificultad de asimilar lo ocurrido. “Me cuesta mucho enfrentar que es un asesino”, confesó.
Un crimen brutal
Los testimonios de la jornada también reconstruyeron la violencia con la que se cometió el femicidio. Según relataron, Soto le abrió la puerta a Catalina, la golpeó, la asfixió y luego intentó deshacerse del cuerpo. “Murió golpeada, asfixiada y después la puso en el auto de Cata, la llevó a un barrio cercano e intentó prenderla fuego”, describió Lucas.
Los amigos de la víctima aún intentan procesar lo sucedido. “No podía creerlo, me quedé sin aire”, confesó uno de ellos. “No podía creer la traición”, agregó otro.
El juicio continúa y se espera que en los próximos días se sumen más testimonios y pruebas para determinar la culpabilidad de Néstor Soto.
