
Cada vez falta menos para Navidad y el clima festivo ya empieza a copar vidrieras, casas y espacios públicos. El 8 de diciembre, fecha tradicional para armar el arbolito, llegará con una tendencia que ya se impone a nivel mundial: decirle adiós al rojo y verde como colores dominantes y darle la bienvenida a un estilo más moderno, sobrio y minimalista.

Durante décadas, el verde del pino y el rojo de la Navidad marcaron la estética clásica: bolas brillantes, moños, cintas, pesebres y luces. Pero la decoración 2025 propone un cambio: un árbol más liviano, limpio y elegante, que priorice la armonía estética y la selección cuidadosa de piezas.
La nueva moda en decoración apuesta a materiales nobles y elementos atemporales: piezas en madera clara, cerámica, fibras textiles y adornos tejidos o hechos a mano. El resultado es un árbol menos recargado, con adornos que combinan entre sí y transmiten calidez sin excesos.
El objetivo es generar un conjunto coherente y delicado que pueda sostenerse en el tiempo y reutilizarse año tras año, sin depender de un único código cromático ni de referencias exclusivamente navideñas. En esa línea, los tonos neutros, el blanco, los beige, el crema y el dorado suave ganan protagonismo. El plateado, clásico y sofisticado, también se mantiene vigente.
Esta tendencia redefine el modo de decorar: no se trata de sumar adornos sin parar, sino de elegir pocos, bellos y de calidad, que cuenten una historia y reflejen un estilo personal y contemporáneo.

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