En las últimas horas, se confirmó el fallecimiento de una leyenda del fútbol de Córdoba. Es un mediocampista que fue una pieza fundamental para Racing durante la década de 1980. Su llegada al club en 1979 fue tan singular como su carrera.
Se trata de Miguel Ángel Seronero, quien tenía 69 años. No fue descubierto por un cazatalentos o por la recomendación de un entrenador. Arribó a Nueva Italia por una casualidad del destino: mientras trabajaba como mozo en un bar de Buenos Aires, se cruzó con Mario Spirópulos, el entonces presidente de Racing. En ese momento, Seronero competía en la Primera B Nacional, vistiendo la camiseta de Arsenal de Sarandí.
Murió un emblema del fútbol de Córdoba
Bajo la dirección técnica de Alfio Basile, Miguel Ángel debutó en la Liga Cordobesa frente a Juniors, ingresando por Ángel Feliú. La “Academia” ganó ese encuentro por la mínima diferencia, con una anotación de Luis Amuchástegui.
Poco después, conseguiría su primera gran alegría: la obtención del Clausura y la clasificación al Nacional de 1980. Al año siguiente, en 1981, Seronero se coronó campeón de la Copa Presidente de Corea, el primer título internacional en la historia de Racing y para un equipo del interior del país. Durante su permanencia en Nueva Italia, disputó 146 partidos y convirtió un total de 11 goles.
Seronero forjó una memoria imborrable en Nueva Italia. Su legado trasciende los resultados; es la historia de un jugador que llegó por azar y se convirtió en el núcleo de un equipo que marcó una época dorada.
—
