Moda y política: El hábito no hace al presidente

En el segundo año de su presidencia, Javier Milei reforzó el enigma vestimentario que lo caracteriza desde antes de asumir su mandato. La campera de cuero sigue siendo una insignia de su vestuario: corta, negra y con cierre en el frente. Y aunque no es la típica chaqueta biker, que inmortalizó Marlon Brando en El Salvaje y luego adoptaron los Sex Pistols y Los Ramones, sí ostenta reminiscencia rockera, cuestión que quedó reconfirmada durante la última campaña electoral.

La reacción de los famosos al show de Javier Milei en el Movistar Arena. Foto: Cristina Sille / ClarínLa reacción de los famosos al show de Javier Milei en el Movistar Arena. Foto: Cristina Sille / Clarín

Algo que también se hizo evidente y hasta llegó a ser interpretado, sobre todo durante las recientes elecciones legislativas, fue el uso cada vez más frecuente de prendas superpuestas. Las tres piezas superiores –y hasta algunas veces cuatro–, por caso una remera o buzo, que suele usar el jefe del Ejecutivo, en distintos materiales sintéticos, fueron motivo de mofa en las redes sociales.

Y si bien lo de superponer capas de tela como si fuese una cebolla es algo esperable en las zonas frías, aunque con artículos técnicos, generalmente de outdoor, que permiten al usuario acondicionar el atuendo del exterior al interior, y viceversa, en este caso, con temperaturas por encima de los 30 grados, este modo de uso no puede ser explicado a causa del clima, sino todo lo contrario.

Es más, hasta podría decirse que la versión presidencial de la superposición se circunscribe, aunque con menos glamour, en la línea de la tendencia fashion en auge en las últimas temporadas, llamada layering (capas).

Otra de las constantes fue la del uso del overall, castellanizado como overol. Así lo contó en una entrevista que le hizo Alejandro Fantino en abril en Neura, y lo corroboró en junio, en la misma señal de streaming, cuando apareció vestido con “mameluco”, en compañía de su perro y su hermana. Ese entero en gris, azul y celeste es el mismo que usan los operarios de la petrolera estatal YPF. De hecho, tiene el logo estampado en el frente, y Milei explicó que fue un obsequio de Horacio Marín, presidente de la compañía.

Con esta prenda surge un primer desplazamiento. Y más allá de que también la vistió anteriormente en Loma Campana, principal yacimiento de Vaca Muerta, ahora le da un nuevo sentido a la ropa conocida como “de trabajo” o workwear, usada históricamente por las clases obreras, y la resignifica como fetiche de sus outfits cotidianos.

Una campera arriba de otra en campaña, 3 de septiembre de 2025. Foto: Anita Pouchard Serra/BloombergUna campera arriba de otra en campaña, 3 de septiembre de 2025. Foto: Anita Pouchard Serra/Bloomberg

Aunque, hay que aclarar, y aquí el segundo corrimiento, que no lo usa en su lugar estipulado de trabajo, el despacho en la Casa Rosada, sino que lo elige para estar de entrecasa, en la quinta de Olivos, transformándolo en algo así como el atavío del teletrabajo.

A su vez, esta elección se vincula a otro rasgo repetido: el uso de uniformes, más a tono con la caracterización de roles que con la función que otorgan. Esto pasó ya en 2024, en el contexto de las inundaciones en Bahía Blanca, cuando se lo vio vestido de combate, secundado por Luis Petri, ministro de Defensa, en las mismas condiciones.

Luis Petri y Milei vestidos de uniforme de combate. Foto; Ministerio de DefensaLuis Petri y Milei vestidos de uniforme de combate. Foto; Ministerio de Defensa

Este gesto vestimentario podría leerse en términos de empatía, de querer ponerse en el lugar del otro a través de la ropa y en medio de la crisis que atravesaba la población del lugar, o simplemente en sintonía con una actitud cosplayer, como si estuvieran interpretando personajes de ficción. Vale recordar que la diputada Lilia Lemoine, quien antes de ocupar su banca era asidua a esta práctica, también apareció enfundada con un mameluco en el bunker de La Libertad Avanza el domingo 27 de octubre. “Los promocionamos, está buenísimo”, dijo.

Pero hay algo más. Estos usos, el de la campera de cuero y el enterito, se alejan de manera abismal del habitual traje (tres piezas) que solían llevar los políticos de los partidos tradicionales, hasta entrado este milenio.

Javier Milei con Jesús Huerta de Soto, el economista que idolatra, en Olivos. El Presidente lo recibió vestido con un mameluco de YPF.Javier Milei con Jesús Huerta de Soto, el economista que idolatra, en Olivos. El Presidente lo recibió vestido con un mameluco de YPF.

Así, el presidente reafirma su procedencia outsider, aunque insista en su admiración por Carlos Saúl Menem, va de suyo que se aleja de sus convicciones vestimentarias. Se sabe que Menem hacía un culto a los atuendos, con los conjuntos de apariencia laminada y las camisas en colores pasteles, entre otros yeites que definieron, incluso, la estética de una época.

Carlos Saúl Menem, elegancia 90. Foto Archivo Clarín.Carlos Saúl Menem, elegancia 90. Foto Archivo Clarín.

Milei, en cambio, esporádicamente, viste ambos, saco y pantalón, confeccionados a medida en telas italianas por la filial local de la firma Rochas. Cuando elige el color azul noche la camisa es blanca, y celeste para el gris. A su vez, la corbata suele ser azulada, casi una paradoja si se considera que el tono es muy similar al que usan, en sus antípodas, los seguidores del partido Demócrata en Estados Unidos, en contraste con la roja de los republicanos.

Un hecho paradigmático se dio en la presentación de su último libro, en el recital en el Movistar Arena. Si en la primera parte del show se mostró vociferando un repertorio rockero vistiendo el cuero de rigor y un pantalón cargo, en el segundo tramo, retornó enfundado en su habitual ambo. “Me voy a ir a bañar y me visto de presidente”, explicitó Milei, para luego volver siendo el mismo, aunque con otro hábito.

fuente: CLARIN

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