
Marcelo Gallardo tiene los mejores ingredientes a disposición, pero los mezcla, prueba nuevas recetas, agrega condimentos y no hay caso. River continúa sin poder satisfacer al exigente paladar del hincha y los resultados continúan siendo adversos. Y si se habla de cocina, Maximiliano López, uno de los participantes de MasterChef Celebrity Argentina, apagó un rato el horno y en medio de la competición habló sobre el presente del club de Núñez.
“No lo veo bien a River, me preocupa que no le pueden encontrar la vuelta”, expresó el ex delantero del CARP en un stream de Telefe, en el que a la hora de buscar responsables sobre la crisis que transita el Millonario no le apuntó a un solo destinatario: “No creo que sea culpa sólo de los jugadores, entrenadores o dirigencia, porque la dirigencia trajo todo lo que pidió el entrenador, pero no es fácil”.
En este contexto, Maxi, surgido de las Inferiores de River, puso un claro ejemplo con relación a las importantes piezas que tiene el Muñeco y que aún no consiguen engranar a pesar de la enorme inversión en los últimos mercados de pases: “Cuántos años le costó al PSG formar un buen equipo con presupuesto ilimitado. Es un proceso de formación, poner plata no te asegura resultados”.
Por otro lado, sobre esta segunda parte de la era Gallardo, López fue contundente y marcó un déficit del entrenador, atípico en su primera era dorada: “Las segundas vueltas no son fáciles. Marcelo dejó la vara muy alta, hasta para él mismo. Tenía un equipo que le respondía, sacaba a quien sacaba y le respondía, eso hoy está faltando. Es complicado”.
Maxi López, mano a mano con Rolando Schiavi. Foto: AP Photo / Daniel Luna.Maxi López debutó en River Plate con apenas 17 años, en julio de 2001, cuando al equipo de Núñez lo dirigía Ramón Díaz. Surgido de las inferiores, fue una de las grandes promesas del semillero millonario: potencia, técnica y una mezcla de atrevimiento y gol que lo hicieron rápidamente popular entre los hinchas.
Su jornada más inolvidable con la camiseta de la banda colorada se dio en mayo de 2004, cuando le tocó ingresar como suplente a los 7 minutos de un Superclásico en la Bombonera por la lesión de Marcelo Salas y terminó siendo la gran figura de la victoria 1-0 (gol de Fernando Cavenaghi), luciéndose ante la marca de Rolando Schiavi.
“Jugué en 13 equipos, tuve distintos momentos, fui muy feliz en River, porque soy hincha. Fui feliz en Barcelona, porque fue en una buena época del club. También en Italia, en Torino, en Catania o en Sampdoria. Estuve poco en River, me hubiera gustado jugar un poco más. Mediáticamente fue el partido contra Boca en la Bombonera en el 1 a 0 de Cavenaghi que me consagró en Argentina, para mí fue el más importante de mi carrera. El Flaco Schiavi dijo que ese partido me vendió al Barcelona”, afirmó López unos años después, en una entrevista.
Es que aquella explosión de Maxi fue efímera. Poco después fue transferido al Barcelona a cambio de una cifra millonaria. En total, disputó 43 partidos y marcó 13 goles con la camiseta de River. Su paso dejó una huella curiosa: el de un delantero que prometía ser figura mundial y cuya carrera tomó rumbos inesperados, a la vez que su vida personal se hacía cada vez más famosa como marido de Wanda Nara.
—



