
Tal como había anticipado Federico Furiase después de conocerse el miércoles el resultado de la licitación de deuda que dejó un “sobrante” de $ 5 billones que los bancos no quisieron renovar, el Banco Central decidió endurecer fuertemente su política sobre el sistema financiero: no solo obligará a los bancos a dejar inmovilizados hasta el 50% de sus tenencias en pesos, sino que aplicará fuertes controles y multas en caso de que las entidades quieran incumplir con esta norma.
El miércoles por la noche el director del Central y mano derecha de Luis Caputo había explicado en su cuenta de X: “Los pesos excedentes de la licitación de hoy serán absorbidos de manera inmediata. En este caso, serán absorbidos mayoritariamente vía aumento de encajes remunerados con nuevos títulos públicos a ser suscriptos el lunes próximo (día de la liquidación de la licitación de hoy), a través de una nueva licitación del Tesoro”.
Mediante la Comunicación A 8302, el directorio del organismo que preside Santiago Bausili, elevó en 5 puntos porcentuales los encajes bancarios en pesos, de manera que pasan de 45% a 50% del total de las tenencias en pesos en las entidades financieras.
Para “captar” esos pesos hacia la financiación del Tesoro, el Central permitirá que 5 puntos porcentuales de esos requerimientos sean cubiertos con los bonos que surgirán de la “licitación express” que anunció la Secretaría de Finanzas para el lunes próximo, luego del bajo porcentaje de renovación del miércoles.
Luego de que se conoció la norma, fue el propio Pablo Quirno el que informó en sus redes sociales las características que tendrá esta licitación “fuera de programa” prevista para el lunes. Se trata de un llamado “exclusivo para bancos y con cartera propia” para suscribir a una letra (con tasa) TAMAR (hoy en 49,75% TNA) con vencimiento el 28 de noviembre próximo.
De esta manera, las entidades pueden elegir dejar esos pesos a tasa 0 en el Central o comprar una letra en pesos, pero con un vencimiento que va más allá del periodo electoral.
Multas a los bancos
Al mismo tiempo, el Central dispuso cambios en la forma de medir esos encajes: mientras hasta ahora, las entidades estaban habilitadas a informar un “promedio mensual” de sus requerimientos de efectivo mínimo, a partir de estas normas deberán informar diariamente sus tenencias.
Además, impuso nuevas “multas” para las entidades que no cumplan con estos requerimientos, que duplican el costo que tenían hasta ahora. Si los bancos muestran “deficiencias” con sus requisitos de efectivo mínimo o “se pasan” en la posición global neta en dólares, deberán pagar un cargo diario que multiplica por tres veces el valor de la TAMAR en promedio de todas las entidades.
La apuesta es “no dejar pesos sueltos que puedan hacer daño” en un contexto de fuerte volatilidad asociado a la previa electoral. El equipo económico quiere sostener la relativa calma del dólar que logró en agosto, a costa de un mayor endurecimiento monetario.
“El esquema de política monetaria del Gobierno se ha vuelto cada vez menos claro, y los mecanismos de comunicación —como anunciar nuevas licitaciones y cambios en los encajes vía X después de las 20 hs— hacen poco por mejorar la transparencia”, dijeron en Max Capital.
“Desde la eliminación de las Lefis hace un mes, el enfoque del Gobierno ha sido errático, desconcertando a los inversores. El aumento de encajes remunerados, en caso de que se incremente el requisito total, reducirá aún más la liquidez, reforzando el sesgo contractivo”, agregaron.
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