“¿Sabés lo que es un clásico?”, le pregunta el personaje de Rodrigo de la Serna al de Oscar Martínez en la película ‘Inseparables’ antes de darle play a “El bombón asesino”, el tema de Los Palmeras. Marcelo Gallardo podría preguntar lo mismo y la respuesta sería mostrar las imágenes de los clásicos ganados. Es que el Muñeco tiene de hijo al resto de los grandes del fútbol argentino y a Racing fue al que más ventaja le sacó en su historial como técnico de River tras la victoria en el Gigante de Arroyito por la Copa Argentina.
A la Academia, que ahora quedó como la principal víctima del laureado entrenador, le ganó 8 partidos, empató 4 y perdió 3, por lo que el saldo positivo es de +5. Y, a su vez, le ganó los 3 mano a mano que disputó: en los octavos de final de la Copa Libertadores 2018, con un global de 3 a 0; el 5-0 en la final de la Supercopa Argentina en 2021 y la reciente victoria 1 a 0 en los cuartos de final de la Copa Argentina en el Gigante de Arroyito.
El que sigue es San Lorenzo, al que Gallardo le ganó 8 veces, e igualó y perdió en 4, por lo que el saldo es de +4. Con Independiente, en tanto, triunfó en 7, empató y perdió en 4, con +3 a favor. Y con Boca, tiene 10 ganados, 11 empatados y 7 perdidos, con diferencia de +3. Claro que contra el eterno rival retumban aún las cinco eliminaciones que le propinó, con dos finales ganadas, la de la Supercopa Argentina y la de la Libertadores en Madrid, en 2018.
Y si de llaves se habla, en los mata-mata, Gallardo sigue manteniendo un alto porcentaje de efectividad, contabilizando no solo los cruces contra los grandes, sino todos los rivales. En general, ganó 71 y perdió 23, por lo que cuenta con un 76%, entre ambos ciclos. En la Copa Argentina, el número sube y alcanza el 87%, con 34 triunfos y 5 derrotas sobre 39 cruces.
Ante rivales argentinos, tiene un 77%, producto de 50 victorias (y 15 derrotas) sobre 65 enfrentamientos. Mientras que desde su regreso, si bien el porcentaje baja al 67%, igual se mantiene alto, producto de haber avanzado en 8 (cayó en 4) de las 12 series que disputó.
En el Gigante de Arroyito, Gallardo volvió a demostrar que todavía está vigente en los mata-mata, lo que fue su especialidad en su primer ciclo. Y justo en un clásico, volvió a sentir el sabor del triunfo.