El presidente Nicolás Maduro anunció nuevamente que la Navidad en Venezuela comenzará el 1 de octubre, una medida que ya había implementado en años anteriores y que busca —según el mandatario— “reactivar la economía y defender la felicidad del pueblo”. El decreto llega en un momento crítico, marcado por las tensiones internas, la presión internacional y cuestionamientos de la Iglesia Católica.
“Desde el 1 de octubre arranca la Navidad en Venezuela, otra vez, este año también”, expresó Maduro durante su programa televisivo en el canal estatal. La decisión pretende instalar un clima de optimismo, aunque también genera polémica en sectores sociales y religiosos que consideran el adelanto una estrategia política más que una tradición cultural.
Contexto internacional de alta tensión
El anuncio se da en medio de una relación cada vez más tensa con Estados Unidos. Washington mantiene presencia militar en aguas cercanas al Caribe bajo el argumento de combatir el narcotráfico, mientras Caracas interpreta estas acciones como una amenaza directa a su soberanía. La acusación de “narcoterrorismo” contra Maduro y los despliegues navales norteamericanos aumentan la tensión diplomática.
Críticas de la Iglesia y estrategias internas
Dentro del país, la Iglesia Católica ha manifestado su rechazo al adelantamiento de las fiestas, advirtiendo que la Navidad no debería ser utilizada con fines políticos. A la par, el gobierno chavista refuerza la entrega de alimentos y subsidios a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), distribuyendo productos típicos de la época, como el pernil, para calmar el descontento social.
“Es septiembre y ya huele a Navidad, huele a Navidad”, dijo Maduro en tono festivo, en un intento de transmitir entusiasmo en medio de una crisis institucional y económica que golpea a millones de venezolanos.
— Canal C Córdoba (@canalccordoba) September 9, 2025
